Las noticias más leídas del sábado 8 de febrero en El Norte de Castilla

Cuando escribo esto, a los niños de San Ildefonso les faltan varias horas para empezar a cantar las bolas, lo que me permite mantener la ilusión pensando que me va a tocar el Gordo en dos décimos del mismo número para que la morterada sea ... más grande. Reconozco que otras veces fantaseaba con hacer un viaje y regalarle, en plan sorpresa, un collar de perlas auténticas a mi señora, que refunfuñaría de todas formas. Pero este 2021 está siendo tan raro y peligroso que si me ven en la tele brindando con cava a las diez de la mañana y dando brincos frente a la administración de loterías, sepan que emplearé el dinero del premio en comprar cientos de mascarillas con decoraciones pijas, gel hidroalcohólico que huela a Chanel, tests de antígenos a esgalla (aunque tenga que sobornar al farmacéutico), guantes desechables e invitaré a toda mi familia a que se haga los PCRs que les dé la gana sin preguntar el precio.

Publicidad

Alguna navidad he soñado con ir al Caribe, cambiar de coche o barnizar el suelo del comedor, pero lo que me toque mañana me lo fundiré en boticas y laboratorios de pruebas diagnósticas. Aunque lo más probable es que el único reintegro sea esa participación de cuatro euros más uno de impuesto revolucionario de una cofradía andaluza comprada este verano en una gasolinera de Matalascañas. Y no sé si vale la pena intentar cobrarlo porque, como decía mi madre, cuesta más el ajo que el pollo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad