Interior de los nuevos autobuses. A. Mingueza

Bonobús

Algo que decir ·

«Pese a no haber tenido perro en mi vida, estoy encantando de que varios familiares directos tengan dos y hasta tres que hacen compañía, ofrecen seguridad y dan cariño»

La redacción de este comentario me pilla leyendo un libro fascinante sobre el comienzo de la civilización que en uno de sus capítulos explica cómo los humanos domesticaron al perro, que antes era un lobo. Gracias a sus autores, Juan José Millás y Juan Luis ... Arsuaga, he caído en la cuenta de que este animal entiende perfectamente y acata sin rechistar las órdenes del amo. Por ello, y pese a no haber tenido alguno en mi vida, estoy encantando de que varios familiares directos tengan dos y hasta tres que hacen compañía, ofrecen seguridad y dan cariño. Esto último lo comparten conmigo y disfruto viéndolos saltar y abrazarse a mi pierna aunque me dejen alguna baba en el pantalón, que no es tan grave.Por cosas así de simples estoy a favor de que los canes puedan viajar en los buses urbanos acompañados de sus dueños, sean invidentes o no. Pese a que no he coincidido todavía con ningún perro en dichos lugares, creo que están mejor enseñados que algunos viajeros de dos patas, incluso con el bachillerato aprobado. Así que voto a favor del mejor amigo del hombre en los transportes públicos y pido a los responsables de Auvasa que, ni siquiera ahora que hay flota nueva, veten su presencia en el interior porque estoy seguro de que son más limpios y educados que algunos usuarios del servicio. Es más: incluso, bien enseñados y con un poco de paciencia, hasta serían capaces de utilizar el bonobús.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad