!['Cui bono'](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201906/07/media/cortadas/1416154209-kBlH-U804584025608qH-624x385@El%20Norte.jpg)
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Solo hubo dos, pronto se vio que la cosa no funcionaba. Ambos –me refiero a los triunviratos, a que tres personas ejerzan el poder– se resolvieron mediante una cruenta guerra civil. Tres siempre es una multitud y tanto Craso –I Triunvirato- como Lépido –II Triunvirato- ... jugaron un papel menor y el poder acabó dirimiéndose, primero, entre Julio César y Pompeyo, y unos años después, entre Octavio y Marco Antonio. Hablamos, claro, de la antigua Roma, siglo I a.C.
La actual alianza de las derechas me recuerda a aquellos acontecimientos. Vox parece condenado a jugar el papel de comparsa entre PP y Ciudadanos y, a día de hoy, es muy probable que la Historia le dé el mismo tratamiento que a Craso y a Lépido: el olvido. Lo que Casado y Rivera anhelan es ser Julio César o Augusto, el ganador, el que derrotó a Pompeyo o a Marco Antonio y gobernó Roma. Los perdedores fueron amados, aclamados por el pueblo; Marco Antonio durmió en los brazos de Cleopatra y Pompeyo se enfrentó a Espartaco, que todavía no era Kirk Douglas, pero ambos murieron con la derrota. No voy a decir yo, Dios me libre, que Casado y Rivera lleguen a esos extremos, pero la mansión del poder no admite más que un único inquilino. Parece que Ciudadanos y PP se pondrán de acuerdo, empezando por Castilla y León. 'Cui bono', por seguir en Roma. ¿A quién beneficia ese pacto; 'cui prodest', que dirían otros? Innegablemente, ambos quieren ganar, pero uno tiene mejores cartas que el otro. Centrémonos en Castilla y León y supongamos que el señor Igea hace presidente a Fernández Mañueco –ninguno es primer espada, la campaña la dirigen otros generales– y que el experimento sale bien; que, dentro de cuatro años, el pueblo considera que el gobierno Mañueco ha sido benéfico. ¿A quién votaran, al buen gobernante o al que lo puso ahí? Ahora imaginemos lo contrario, que Fernández nos sale rana y la gente acaba hasta las narices. ¿A quién culparán, quién le llevó hasta el colegio de la Asunción? ¿Qué cuentas exigirán a Ciudadanos? El fracaso tiene muchos padres y el camino a Roma siempre fue peligroso. Esos pactos dan oxígeno a Casado, el verdadero rival de Rivera. Alguien está empezando a perder la futura guerra.
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