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Nunca he confundido a Eva Amaral con María Ostiz, pero me ha llamado la atención (será que la sigo poco) verla actuar en traje de baño... ¿Esta también? Es lo primero que me ha venido a la cabeza. Y no porque me parezca mal ... que Amaral luzca las piernas o lo que quiera lucir, sino porque no deja de sorprenderme que hoy en día todas las cantantes de éxito sientan la necesidad de salir al escenario vestidas (o desvestidas) como para descender por la escalera del Folies Bergère, célebre cabaret parisino en el que reinó Norma Duval.
La estética del 'vedettismo' triunfa entre ellas, igual que la del 'macarrismo' hace estragos entre ellos. Y no sé si la forma determinará el fondo, pero esa atracción fatal por la horterada extrema y el 'chonismo' recalcitrante, esa afición a convertir el escenario en una insinuante pasarela de lencería o moda baño (justo ahora que han suspendido los desfiles de Victoria's Secret), para mí exhala cierto tufillo a machismo.
Por no desviarme de la raya de la media, diré que lo de Amaral y su body de espejos es hábito de monja comparado con los inverosímiles atuendos que acostumbran a lucir Jennifer Lopez, Beyoncé, Rihanna o Ariana Grande, auténticas maestras en el arte de desnudarse sin quitarse la ropa. Y claro que un artista (del sexo que sea) está en su derecho de convertir su físico en parte del espectáculo. Pero a veces tengo la sensación de que algunas confunden el empoderamiento femenino con el poderío de una conejita de Playboy. Que sí, que ejerce un 'power' tremendo sobre los hombres, pero solo en una parte muy concreta de su anatomía y durante un breve espacio de tiempo.
Vivimos en la era de la contradicción. Daddy Yankee me aseguró en una entrevista que el reguetón «está ayudando a hacer un mundo más sano». Lo dice él, que canta «Muévelo, castígala, dale un latigazo» o «Dónde están las gatas que no hablan y tiran pa'lante»... También Gardel cantaba 'Tomo y obligo' y la feminista Joan Baez ha entonado con verdadera afición 'El preso número nueve', tema que habla de un tipo que ha matado a su mujer y no se arrepiente. Lo malo es que en vez de avanzar vamos para atrás. Hoy Baez tendría que cantarla en ropa interior y haciendo 'twerking'.
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