Apesar de las pestes que suelta un familiar próximo sobre los autobuses urbanos, a servidor le parece que funcionan razonablemente bien. Es cierto que no soy uno de esos usuarios obligados a coger cada día el que pasa a las siete menos veinte de ... la mañana y hacer dos transbordos para llegar al curre, pero los utilizo con cierta frecuencia. Yo los encuentro limpitos, calientes en invierno y fresquitos en verano y con conductores más o menos asequibles después de pasarse la jornada sorteando dificultades. Pero la queja no está relacionada con la flota propiamente dicha, sino con las frecuencias (escasas, según él) de las líneas que utiliza y el tiempo de espera entre uno y otro vehículo. Estoy seguro de que todo es mejorable, incluso esos asuntillos, porque la prueba del algodón de que la cosa funciona es el aumento constante del número de usuarios, que crece y crece desde hace más de una década. Digo yo que algo tendrá el autobús cuando lo bendicen casi todos sus viajeros, que son los que saben de esto, y si no fuera por esa flota los atascos serían monumentales y la contaminación peligrosísima.

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Como lo mío es tocar las narices de vez en cuando, he buscado en las redes sociales las quejas más frecuentes contra Auvasa y no he encontrado nada de interés, por lo que una de dos: o la empresa dedica una flotilla de mercenarios a borrar malas opiniones, o la oferta real es modélica. Tanto, que voy a dejar de hablar a mi pariente por bocazas.

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