El IVA del teatro bajó al 10%. El de las peluquerías sigue en el 21. No quiero parecer bruta (o sí), pero tengo más necesidad de ir a la peluquería que al teatro. Cuando era más joven prefería el teatro. La Cubana cumple 40 años ... y no se me olvida lo que me ha dado. Hasta un bocadillo de mortadela. Eso era en 'Cómeme el coco, negro', su trabajo más emblemático (íbamos a verlas todas, como las de Els Joglars, con la sensación de acontecimiento). Como éramos unas listillas nos presentamos en el teatro con media hora de antelación porque sabíamos que el espectáculo empezaba antes.
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En la puerta, vestido de acomodador, Santi Millán te reñía por llegar tarde. Si llegabas a la hora, asistías al final del espectáculo, al número musical. Y empezaban a desmontar el tinglado. Pero ahí daba comienzo lo bueno. El bocadillo de mortadela, los cuplés, las sambas, el charlestón, el amor por el teatro y la más absoluta felicidad. Cuando ni teníamos canas.
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