Bloqueator

Las urnas hablaron este pasado domingo y supuso el anunciado descalabro de Ciudadanos y la salida de su líder nacional. Uno menos que combatir, pensarán los bloqueadores profesionales. Al PSOE se le dio un toque de atención, al PP le insufló algo de optimismo, pero a Unidas Podemos les dejó ciertamente tocados. Con estos mimbres, el PSOE eligió la opción más incómoda para hacer su cesto y, ahora sí, poder dormir a pierna suelta.

Pedro Sánchez nunca ha ocultado que Pablo Iglesias siempre le ha supuesto un bloqueo emocional. Hace solo seis meses, pensar en él como socio de gobierno, le quitaba el sueño. No le inspiraba confianza, hasta el punto de llegar a afirmar que no le confiaría las llaves de su casa. ¡Ah no, eso no, pero la Vicepresidencia del Gobierno de todo un país sí! Dicen que no hay mejor cura para el desbloqueo que un buen abrazo y ahí estaban Sánchez e Iglesias sellando un pacto de bloqueadores para satisfacción de los nacionalistas que ya se frotan las manos con el solo hecho de pensar que podrán sacar tajada.

El bloqueo no es sano, no lo es al menos en todos los casos. Pero hay algún que otro bloqueo que te evita males mayores. Tus opiniones no me gustan, no me aportan, me ofenden o me insultan.¡Toma bloqueo! Del bloqueo en Twitter sabe mucho Óscar Puente. Bloquea a anónimos, a vecinos, a estudiantes, a periodistas, a humoristas... No hay un perfil definido, tan solo hay en común un tuit incómodo, que te cuestiona, que te ofende y, ¡zas!, uno menos. Sin duda, Puente tiene derecho al bloqueo, pero... Ojalá en la vida se pudiera bloquear con tanta facilidad y frescura a todo cuanto te incomoda, te cuestiona, te ofende o incluso compromete la estabilidad de todo un país.