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Bisturí
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«Las hemerotecas (y la memoria) están repletas de noticias de curas que tras 'pecar' han pasado una temporada apartados del sacerdocio, que para ellos será un castigo durísimo, pero seguramente más benigno que el trullo»Secciones
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«Las hemerotecas (y la memoria) están repletas de noticias de curas que tras 'pecar' han pasado una temporada apartados del sacerdocio, que para ellos será un castigo durísimo, pero seguramente más benigno que el trullo»Dicen que la llamada Diplomacia Vaticana consiste en aparcar el problema hasta que el tiempo lo resuelva por sí solo. Ignoro si alguna vez fue cierta esa manera de afrontar los contratiempos, pero sospecho que la Iglesia Católica la ha practicado durante siglos. Entrando de ... lleno en el tema que nos ocupa, las hemerotecas (y la memoria) están repletas de noticias de curas que tras 'pecar' han pasado una temporada apartados del sacerdocio, que para ellos será un castigo durísimo, pero seguramente más benigno que el trullo. Recordando ese refrán que asegura que «el que tiene un vicio, se mea en la puerta o se mea en el quicio», algunos depredadores, con sotana y sin ella, suelen repetir la jugada, como sucedió con este capellán que ya había sido acusado de una actividad similar anterior.
Por desgracia para él, y fortuna para el resto, un terremoto ha sacudido los pilares de la Santa Sede, que ha decidido echarle coraje al asunto. El supuesto corruptor de Las Angustias ha tenido la mala suerte de toparse con un Papa dispuesto a limpiar la Casa y un monseñor curtido en la investigación de los abusos en la secta mejicana que dirigía el clérigo Marcial Maciel. Por si acaso alguien no ha pillado bien los mensajes que ahora lanza el Vaticano sobre el particular, don Ricardo Blázquez se ha comprometido públicamente a abordar este feo asunto metiendo «el bisturí hasta donde haya que meterlo». Menuda pifia si al cirujano le tiembla el pulso.
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