Biden y Arabia Saudí

El caso del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul tiene todos los elementos de una trama demasiado simple. El informe responsabiliza al príncipe heredero Mohamed bin Salman por ordenar el secuestro o asesinato del periodista crítico con el poder saudí con simples evaluaciones de inteligencia, apreciaciones y especulaciones sin pruebas. Por ejemplo, Bin Salman es responsable porque participaron en el asesinato un asesor y miembros del personal de seguridad preventiva. Conclusión: es poco probable que los funcionarios saudíes lleven a cabo una operación de este tipo sin permiso del príncipe heredero o creemos que los miembros de la Fuerza de Intervención Rápida no habrían participado sin la aprobación de Bin Salman o no sabemos hasta qué punto los funcionarios decidieron de antemano hacerle daño o no sabemos si estas personas sabían de antemano que en la operación resultaría muerto el periodista Khashoggi. Y la conclusión final es: basamos esta evaluación en el control del Bin Salman sobre la toma de decisiones en el Reino.

El golpe contra el gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio se completa con el anuncio del bloqueo de la venta de armas que se consideren ofensivas para detener la guerra de Yemen donde la coalición liderada por Arabia Saudí combate a los rebeldes hutíes apoyados por Irán para derrocar al gobierno legalmente elegido. Podría tratarse de un gesto hacia Irán para que aceptara las condiciones de recuperar el acuerdo sobre su programa nuclear. Turquía parece beneficiarse también de esta maniobra de la administración Biden que tiene varias aristas y que parece pretender la recuperación del control propio de la región. Desconcertante la maniobra de Biden.