Batiburrillo negociador
«Hay una nube de asesores y cargos que han perdido su puesto por la debacle de las elecciones generales o los afectados por el fracaso en los comicios territoriales»
margarita sÁenz-diez
Lunes, 3 de junio 2019, 07:20
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margarita sÁenz-diez
Lunes, 3 de junio 2019, 07:20
Mientras España gana peso específico entre los países que quieren reforzar la integración europea, el batiburrillo de negociaciones, reclamaciones en voz alta y promesas, que ya veremos después, inundan la geografía. Sereno y a la espera, Pedro Sánchez echa cuentas arropado por la opinión ... de los españoles encuestados de nuevo por el CIS. Dicen que no hay apuro por las coaliciones ni los pactos, en la confianza que no se dará cuartelillo a la derecha. Hasta mediados de junio, cuando se designen los alcaldes, asistiremos a pasos hacia atrás, hacia delante, y vuelta a empezar.
También oiremos tomas de posición que hace nada eran inimaginables. Como la última de Gabriel Rufián, 'enfant terrible' de Esquerra Republicana en el Congreso. Ha afirmado rotundo que quien debe gobernar es Pedro Sánchez. «Yo creo que ganó de manera inequívoca», ha dicho, antes de echarle este piropo: «Es un tío al que lo echan del PSOE y vuelve a ganar la secretaría general contra Prisa, con la chupa de cuero, siendo federalista y hablando de plurinacionalidad».
En medio del batiburrillo negociador, dos iniciativas novedosas llaman la atención por su intento de darle la vuelta a la situación. La del exnúmero dos de Podemos, Íñigo Errejón, y la del socialdemócrata y primer ministro de Francia entre 2014 y 2016, Manuel Valls, candidato a la Alcaldía de Barcelona. Ambos, en un ejercicio de madurez política, ofrecen sus concejales y/o diputados autonómicos para conseguir una solución de gobierno tanto en el Ayuntamiento de Barcelona como en el gobierno autonómico y el consistorio de Madrid.
El primero intenta descartar que la ultraderecha administre esos dos importante bastiones de Madrid, y el segundo, que el independentismo gobierne la ciudad condal. Para ello, el candidato de Más Madrid ofrece un pacto con Ciudadanos y PSOE, y el candidato autónomo que ¿apoyaba Ciudadanos? se ha ofrecido a la alcaldesa Ada Colau para cortar el paso a los soberanistas en unión con el Partido de los Socialistas de Cataluña.
Mientras, en Ciudadanos reina la desazón. La propuesta de Valls descoloca los ataques, machacados a martillazos, de Albert Rivera contra Sánchez y su compromiso de no acordar nada con él, bajo ningún concepto. O, en versión más suave, llegar a acuerdos solo con los socialistas que marquen distancias con Sánchez.
Para el PP, sería una tragedia no presidir ni el gobierno del Ayuntamiento, ni la Asamblea de Madrid, que ya habían tocado con sus dedos. Además, tienen demasiada gente a recolocar. Hay una nube de asesores y cargos que han perdido su puesto por la debacle de las elecciones generales o los afectados por el fracaso en los comicios territoriales. El futuro inmediato no está escrito, pero los acuerdos sabiamente articulados pueden abrir caminos insospechados.
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