Igea y Barrios, en un acto público en Palencia el año pasado. ANTONIO QUINTERO

'Barriosgate': solo un ganador

La inexplicada salida del fichaje de Igea para la Consejería de Empleo muestra cuán quebrado está Ciudadanos. Mañueco –de momento– es el gran beneficiado de ello

J. I. Foces

Valladolid

Domingo, 31 de mayo 2020, 08:46

La marcha de

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La marcha de Germán Barrios del cargo de consejero de Empleo e Industria, además de impropia de quien había hecho creer que era un servidor público (los servidores públicos no hacen mutis por el foro nunca y menos en momentos ... delicados); además de inexplicada, porque no puede ocultarse tras «motivos personales» semejante decisión (menos quien llevaba tantos años mostrando sus ansias de ser miembro del Consejo de Gobierno), llega cuando la destrucción de empleo, empresas y tejido industrial va a ser descomunal por la covid-19. Primer corolario: el ya exconsejero ha preferido arriesgarse a que se vaya por el sumidero su prestigio que explicar con pelos y señales por qué se ha ido. En lo que ya podemos bautizar como el 'Barriosgate', el exconsejero es el gran derrotado. Pero no el único.

Hace menos de un año (anda, que durar menos de un año en un cargo público tan importante sin que haya mediado un escándalo de esos que abren portadas de periódico y telediarios), se presentó el nombramiento de Barrios como el gran fichaje de Francisco Igea, vicepresidente del Gobierno de coalición PP-Ciudadanos, un fichaje de un reconocido cargo y militante del PP con el que dar una patada en la espinilla al partido que acababa de perder las autonómicas y que seguiría gobernando gracias a Ciudadanos (eso sí, por imposición de Albert Rivera a Igea). Por eso es Igea el segundo gran perdedor del 'Barriosgate': aunque se desprende de su fichaje, deja ante la sociedad la imagen de lo que es Ciudadanos, una formación quebrada, sin orden ni concierto en Castilla yLeón, que regala al PP la gran baza ante los electores de que el carajal está Ciudadanos mientras que los populares pueden mostrarse como partido ordenado.

El sustituto de Barrios iba a ser David Martín, fiel viceconsejero de Empleo, ariete de Igea contra Barrios; en los pasillos de la Junta, las Cortes, los sindicatos y los empresarios hacía tiempo que se hablaba de cómo Barrios era ninguneado por su viceconsejero, el más igeniano de los igenianos, y de cómo los vices, vicepresidente y viceconsejero, puenteaban al consejero ante los agentes sociales. Pero resulta que como Ciudadanos es un carajal de tomo y lomo, en Madrid a Martín lo han vetado para consejero y ha tenido que recurrir Igea a la portavoz en las Cortes, Ana Carlota Amigo, para reemplazar a Barrios. Tercer derrotado del 'Barriosgate': David Martín. Un único, pero paupérrimo consuelo para el exconsejero: quien le segó la hierba no ocupará su sillón.

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La imagen de carajal de los de Inés Arrimadas en esta comunidad, un Igea desbordado por la situación y sin poder nombrar como consejero a quien primero quiso y el abandono de un consejero de Ciudadanos hacen que aparezca como único beneficiado del 'Barriosgate' el mismísimo presidente de la Junta y del PP regional, Alfonso Fernández Mañueco. Cuatro mensajes le avalan: de los dos socios de Gobierno, no es el PP el que genera una crisis antes de cumplir un año la coalición; de los dos socios, no es el PP el que obstaculiza la labor de un consejero propio; de los dos socios, no es el PP el que ofrece imagen de partido carajal, y de los dos socios, no es del PP el que hace mutis por el foro en el momento más delicado en tiempos de paz para la sociedad castellana y leonesa. No tardaremos en escuchar desde el PP la pregunta al elector en el caladero de votos que comparte con Ciudadanos: '¿De qué partido de la coalición se fía usted?'.

Además, Mañueco se quita de encima sin despeinarse a un consejero por el que no notaba ni mostraba aprecio político. Barrios era un hombre de Tomás Villanueva y las relaciones del fallecido dirigente vallisoletano y el presidente salmantino nunca fueron buenas. Y después, Barrios fue el elegido por José Antonio de Santiago-Juárez (otra de las bichas políticas de Mañueco) para quitarse de en medio en el Consejo Económico y Social a José Luis Díez Hoces.

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Pero Mañueco, pese al triunfo que le regala la marcha de Barrios, se enfrenta a dos serios problemas. El primero, que sus consejeros tienen el impulso político gripado. Los titulares de Agricultura, Jesús Julio Carnero, Familia, Isabel Blanco y Educación, Rocío Lucas, se pasan las semanas dándose empujones entre sí compitiendo por ver quién lleva con más donosura el botijo al presidente; el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez Quiñones, está en hibernación política, y al de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, parece que le empiezan a asustar los nubarrones económicos. El segundo problema, el propio Ciudadanos: hay numerosas cábalas sobre las sumas que hacen falta para una moción de censura si se consuma el cisma en el grupo parlamentario. Como llegue el día en que el sector de Luis Fuentes le de a elegir a Mañueco entre ellos o los igenianos no será utopía el adelanto electoral en esta región.

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