14-F, Bárcenas y Castilla y León

En esta ocasión lo que pase en las urnas este 14-F en Cataluña (si el escrutinio no es deslegitimado por una baja participación) va a influir más en la política de Castilla y León que comicios anteriores. Y, por tanto, en los cuatro partidos de gobierno (PP yCiudadanos en la Junta, PSOE y Podemos en España). Todo con Bárcenas de gran estrella invitada.

Echando mano del consejo de Felipe González de que «es un error hipotizar el futurible» (sic), no es conveniente hablar antes de tiempo. Pero algo es evidente: Casado y los suyos tienen motivos para estar deprimidos: en 7 días, ¡solo 7!, las previsiones de duplicar de 4 a 8 los escaños, lo que viene a ser pasar de un taxi a una furgonetilla, se han transformado en salvar los 4 como gran mérito. El aliento de Vox lo han notado en exceso en la nuca en la recta final de la campaña, con sobresaltos sobre lo que le dan las encuestas internas de cada partido a la formación de Santiago Abascal, a quien los independentistas más radicales le han hecho la campaña en Cataluña y media fuera de allí. Si, pese a ello, no sobrepasa esta noche al PP, Casado recibirá un chute de oxígeno. Pero si al efecto Bárcenas y a un mal resultado propio une el conocido como 'sorpasso' de Vox, guste o no a los de Teodoro García Egea, por estos lares alguna cosa no será igual que hace quince días. Y esa cosa no es otra que el proceso de asalto a las direcciones provinciales que ha iniciado la dirección nacional y que se materializará en tres semanas en el PP de Valladolid.

Un baño de realidad en Cataluña llevará a los 'Egeaboys' (los chicos de Egea) a darse cuenta de que cuando se pelean con los de casa, fuera te castigan. Y que tratar de machacar a sus barones (léase Alfonso Fernández Mañueco, Núñez Feijóo, Moreno Bonilla y López Miras) es tan erróneo como lo que también puede sucederle, que se enroque en la sede de Génova y quiera purgar a los de dentro si lo de Cataluña se torna fracaso: eso será suicida para los Casado, Egea y sus 'Egeaboys'. Además de con arrogancia, cuando no chulería, los 'Egeaboys' están muy alejados de la realidad. Sigan, si no, el Twitter de los dos diputados vallisoletanos del PP, vicarios de Egea en Castilla y León, José Ángel Alonso y Eduardo Carazo. Consolidar un PP fuerte en Valladolid con esa tan indescriptible línea de acción y estrategia se antoja complicado; así que reconquistar la Casa Consistorial de la capital... Los socialistas, con el alcalde Óscar Puente a la cabeza, tienen que alucinar: a solo dos años de las municipales, el PP, su gran rival, hecho unos zorros... ¡y sin pinta de recomponerse!

Claro que los socialistas no están para tocar las campanas. A la espera de ver el resultado de Salvador Illa, el PSOE tiene el enemigo en casa. Y si el PP tiene el 'gran marrón' de Bárcenas, los de Pedro Sánchez disponen del de Pablo Iglesias, que no solo daña al partido, sino a la esencia del Estado. Gobernar España con semejante dirigente poniendo en cuestión cada mañana la democracia es un dislate de dimensiones siderales. Hasta cuándo van a callar los socialistas de Castilla y León es un enigma, porque estos tragan con tal de seguir en sus 94.000 euros de retribución parlamentaria anual, pero si su secretario regional, que no líder, Luis Tudanca, cree que el mal momento popular le va a beneficiar, va dado. La decisión de la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, de proteger al lobo y que no pueda ser cazado convierte al PSOE en adversario de los ganaderos y de los habitantes de muchos pueblos, lo cual para las expectativas electorales tudanquistas es letal. Muy letal.

¿Y Ciudadanos? Esta noche consumará su segunda debacle: la primera fue con Albert Rivera; esta, con Inés Arrimadas, que se saltó las primarias para salvar los muebles. No tiene pinta. Eso acelerará los traspasos al PP de dirigentes ciudadaneros. Resultado: con el presupuesto de 2021 en el Bocyl, que le permite llegar a las autonómicas de 2023; con Ciudadanos debilitado; con lo poco que le queda a Francisco Igea en las Cortes, a la baja y en el peor momento de su gestión desde 2019, y a la espera del resultado catalán, el escenario albergaría nuevos elementos a favor de Mañueco. Eso sí, siempre que las cifras de la lucha contra la pandemia mejoren en esta región.