José Ibarrola

El baile de la nada europea

Fuera de campo ·

«Europa es hoy un magma volcánico que se extiende y se confunde con el entorno de forma ciega, propulsada tan solo por su promesa de bienestar económico»

Miércoles, 11 de mayo 2022, 00:02

Leo a Adriano Erriguel que lo que caracteriza a Europa es la renuncia a toda identidad, que va pareja con el desdén por cualquier frontera. ... Europa opera por agregación, no por integración, porque para integrar hace falta un algo de partida. Y Europa –y esto ya lo digo yo– es hoy un magma volcánico que se extiende y se confunde con el entorno de forma ciega, propulsada tan solo por su promesa de bienestar económico.

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Tras renunciar a cualquier identidad sólida, lo único que aglutina hoy a los europeos es un vacuo conglomerado de proclamas civiles que, básicamente, consisten en reconocer que todo está permitido porque todo vale lo mismo. Todo, salvo afirmar alguna jerarquía, o verdad, que matice o cuestione el dogma anterior.

En esto ha quedado el 'prohibido prohibir' sesentayochista, en la exaltación a ultranza de la mayor proclama neoliberal jamás concebida: no hay límites, no hay distinciones, no hay fronteras, no hay reglas, no hay sexos. Y en esa nada reina un hipertrofiado narcisismo sostenido por el asistencialismo estatal y la droga, o más bien el placebo, de Internet.

De modo que, a fin de cuentas, la representación danzada con la que el Parlamento Europeo celebró este lunes el Día de Europa es la mejor metáfora de lo que somos. Un conjunto de individuos volcados a una autoexpresión estéril e inane, sin el más mínimo interés, convencidos de ser únicos, cuando básicamente repiten los mismos gestos que los demás. Ninguna referencia, ningún anclaje. Con este baile vacuo, Europa es ese no lugar, o lugar de paso, que celebra su propia carencia de sentido y de sustancia.

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