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A Pablo Fernández le reconocemos una melena tan suave que se diría toda de algodón. Su melena, libre al viento mesetario de la Historia, quizá evoque algunos suspiros más allá de la sede de Padre Claret. Quiero decir que Fernández, de natural lánguido y ... zurdo, se ha ido a meter con otra lánguida, Natividad Isabel Díaz Ayuso.
La cosa es que este bamboleo de languideces les aparta de hablar de las cosas del campo. Fernández llamó paleta a Ayuso en las redes, con esa sensación de libertad que da Twitter. No contento, Fernádez la tildó de lerda y aprovechó para meter el leonesismo así, como de matute, en esta inocente agarrada de Pablo, tan rubio como un ángel del Quatroccento. Después, al podemismo con suavizante le hizo Risto Mejide una conexión en directo para que en la media tarde la bronquilla ganara algunos espectadores.
Con todo, lo mejor fue la lección de Historia del parlamentarismo leonés que nos brindó Fernández, aunque, como nos demostró el gran Girauta, el público de Risto es muy de tener las meninges morcillonas o hasta en salmuera.
En el fondo, a uno le gustan estas sobradas de Pablo Fernández contra Díaz Ayuso. Sobradas que deben estar entre los cometidos prioritarios de todo un secretario de Medio Rural y España Vaciada.
El campo y la tierra se defienden en lo de Risto, qué narices. Los tractores que pitan y los agricultores que tiran petardos, ay, no le representan. Su melena se ha venteado en 'prime time', y eso que celebramos.
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