El 'procés', la DANA azotando Cataluña y helo, helo por do viene la momia de Franco camino del cementerio de Mingorrubio... El presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha dicho que con la exhumación del dictador «España cumple consigo misma». No sabemos si su acción progresista ... y su pacto por la gobernabilidad del país, que está como puta por rastrojo, termina ahí. Hacía falta sacar a Franco de Cuelgamuros, sí, entre otras cosas porque él no quería que sus huesos terminasen ahí. Y porque un militar golpista que provoca una guerra civil, cuyo genocidio asciende a más de medio millón de muertos, no puede 'descansar' junto a sus víctimas.
Unos españoles celebran con champán la marcha tenebrosa de los Franco sujetando el féretro del abuelo; otros, los del noreste, con cava y cócteles molotov; unos pocos, los menos, con el himno de la Falange Española de las JONS, víctima del franquismo también. El caudillo se hizo el sueco, dicen, hasta que José Antonio fue fusilado en la prisión de Alicante el 20 de noviembre de 1936. Ahora quieren desenterrarlo también, si bien, a diferencia de Franco, el fundador de la Falange sí es un 'caído' por Dios, por España… y por la furia fratricida de los españoles, que parece que viene de lejos. Los Primo de Rivera ya se aprestan a sacar al Ausente, antes de que sus restos terminen en algún panteón de recreo familiar: de la Basílica a Halloween.
«¡Que la maldición de desenterrar a un muerto caiga sobre vosotros!», le espetó la nietísima, Mery Martínez Bordiú, alias la 'Ferrolana', a la notaria mayor del Reino y ministra de Justicia, Dolores Delgado, que se hizo el trayecto en helicóptero con el dictador amojamado sin dirigirse la palabra con otro de los nietos, Francis Franco, que se ha hecho la 'tournée' televisual diciendo que lo del Generalísimo no tiene nombre. Vuelven los españoles a asomarse a los nichos y Arias Navarro regresa al horario infantil, en blanco y negro y hecho fantasma de Disneylandia, llorando a moco tendido. Se reponen las imágenes de 1975, con las señoras y los primeros punkis ibéricos haciendo el paseíllo delante del muerto y haciendo del valle uno de lágrimas. Vuelven, pues, las cargas policiales a Cataluña. Porque todo da mucho morbo y nadie se acuerda estos días de Quim Torra y sus números de zoológico y petardazo, pues los españoles sienten añoranza por la Pre-Transición, el anciano que agita el brazo en ademán de saludo en el palacio de Oriente… y los Reyes eméritos, tan guapos, jóvenes y herederos de todo aquello.
La actualidad española del siglo XX-XXI ha pasado del fascismo a la socialdemocracia, que es tanto como definir a Dionisio Ridruejo, ejemplo de nuestra España confusa y difusa que nunca termina de aclararse. El Caudillo sigue librando sus batallas mediáticas después de muerto mientras se aproxima el frenazo económico como un enfriamiento de parados, como un esqueleto de recesión congelado en la estepa rusa de un 'Doctor Zhivago' rodado en Castilla. Astracanada. Pero con Carmen Calvo y sin Julie Christie, vida mía.
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