Ascensores

A veces me pregunto de qué hablaríamos en el ascensor si estuviera prohibido hacerlo del tiempo o de las alergias, asuntos recurrentes a más no poder y muy útiles para salir del paso entre la entreplanta y el séptimo piso. Igual hay otras comunidades donde ... los vecinos hablan de Hegel, Kant o William Faulkner, pero en la mía rara vez pasamos del calor, el frío y los estornudos primaverales que nos tienen con el moquero a mano hasta junio. Menos mal que el presente reportaje ofrece otras variantes de los dos temas estrella que nos permitirán demostrar a la vecindad lo mucho que sabemos mientras dura el viaje del sótano al ático. Por ejemplo, ahora ya podemos opinar de las causas del notable descenso este año de las afecciones alérgicas que, por muy listo que se crea el del cuarto izquierda, no es porque usemos a todas horas la mascarilla sino porque ha mejorado el medio ambiente, menos contaminado de lo que corresponde a esta época. Lo cual no significa que nos hayamos concienciado de que hay que cuidar el planeta, sino los efectos del teletrabajo, que permite hacer la tarea sin pisar la calle, los cierres perimetrales, los toques de queda que obligan a recogerse a la hora de las gallinas y el trinque de los bares en cuanto se mete el sol. Con semejante panorama y el biruji que hace al caer la noche nos movemos menos que el paralítico de Cafarnaúm antes del milagro. De ahí, la mejora.