En 1944 un niño de doce años hace tablas con el campeón del mundo. Un milagro que convierte a Arturo Pomar, Arturito para NODO y prensa, en una estrella fagocitada por el franquismo. Pan y circo para un país analfabeto y pobre: un niño de ... gira por todo el país ganando sin parar a adultos en partidas simultáneas. Franco le recibe como a un héroe, pero el sueño dura poco. Justo lo que Arturito tarda en hacerse mayor. El franquismo se cansa de él y le deja caer. El niño prodigio ya no es un niño. Obligado a hacer la mili, llega el silencio. Arturito es ahora un viejo prematuro que trabaja de cartero en Ciempozuelos. Sin ayuda de ningún tipo, él sigue jugando. Se paga los viajes y acude a torneos internacionales. En 1962 hace tablas con Bobby Fischer. El genio yanqui emergente frente a un cartero bajito, solo y sin ningún apoyo. Al terminar la partida Fischer le dice: «Pobre carterito, cuando acabe el torneo volverás a pegar sellos». Pomar, completamente abandonado, seguirá ganando a grandes maestros en torneos. Un espejismo. Para la España gris de Franco, Arturito había muerto tiempo atrás. La vida de Arturo Pomar se merece una película. Netflix se ha adelantado con una serie que demuestra que el ajedrez puede ser trepidante y adictivo. 'Gambito de Dama' es ya la serie más vista de la historia de Netflix. El ajedrez como metáfora de la vida en esta historia de superación de una pequeña huérfana (con su genialidad, su soledad y sus adicciones). Un regalo de siete horas memorables. Y más para los que amamos el ajedrez. Netflix nos debe ahora la historia de Arturito.

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