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No es que la justicia haya dado un vuelco en el 'caso Arandina', es que la justicia hizo un extraño con la primera sentencia. Ya saben, una joven de 15 años denunció una violación grupal. Y los tipos fueron condenados.
Ahora, el TSJ ... cree que la versión de la denunciante presenta «fisuras relevantes» y aplica atenuantes a los condenados al entender que su madurez es similar a la de la víctima. Queda el TS.
Claro que hay que poner un corte legal entre qué es un menor y qué un adulto, pero también una menor puede tener vida sexual. La sentencia contra esa gentuza del Arandina partió España. Los que creían a unos, los que creían a la otra. «Si hubiera pasado esto hace 15 años estaría en mi casa jugando al parchís», vomitó uno de los condenados.
Uno jaleado por otra clase de gentuza. Pero claro que una menor puede ser una guarra. ¿No pueden ser lo que quieran las niñas? Y unos jóvenes, unos hijos de puta. Otra cosa es el populismo punitivo.
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