Con la designación de Íñigo de la Serna y Borja Sémper, dos exdirigentes de perfil centrista para puestos clave de la próxima campaña electoral de 28-M, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ofrece una nítida señal de su decidida apuesta por una ... imagen templada en su pugna frente a Pedro Sánchez. El rescate de ambos dirigentes, actualmente retirados de la política activa e identificados en su momento con el grupo más afín a Mariano Rajoy, supone también una maniobra para recuperar un capital humano y técnico que el PP había perdido con la convulsión que supuso la llegada de Pablo Casado a la sede de Génova.

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En el plano estratégico, el envite de colocar a Sémper como imagen del partido durante la presumiblemente crispada campaña electoral, invita a pensar que Feijóo se arriesga a la crítica de los sectores más combativos del PP, en favor de ganar espacio en la frontera electoral con el PSOE. El efecto colateral será dejar el campo libre a su derecha y confiar en que el voto útil que se mueve por la prioridad de unir fuerzas contra Sánchez le haga el trabajo de ampliar el centro-derecha hasta una mayoría suficiente. El envite parece perspicaz aunque no carece de riesgos.

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