Sí (me) quiero

Los psicólogos aconsejan a algunas personas con déficit de autoestima quererse más y esto no puede plantear ninguna objeción, como tampoco que exista gente que prefiere estar sola a mal acompañada y, en el legitimo uso de su libertad personalísima, decide no casarse y vivir sin ningún tipo de ataduras de pareja. Pero lo de la sologamia es otra cosa muy distinta: consiste en planificar y celebrar una boda consigo mismo o misma. Un ritual semejante al de los matrimonios convencionales que incluye ceremonia, vestido, ritual y, por ultimo, ágape para familiares, amigos, compañeros de trabajo y allegados. El o la contrayente se promete o jura amor eterno a sí mismo, o misma, y también, es de suponer, guardarse fidelidad eterna y autoacompañarse tanto en las alegrías y en las penas como en la salud y en la enfermedad. Una de las ventajas de este tipo de automatrimonios es que se evitan muchas discusiones porque resulta difícil embroncarse airadamente con la persona que siempre va contigo. Otro, es que los regalos ofrecidos por los invitados se asemejan más a los propios de un cumpleaños que a los de una boda, y la tercera es que se conjuran las disensiones típicas en toda pareja derivadas de las relaciones con los suegros y familias políticas o el destino de las próximas vacaciones.

Según explican los que han probado esta exótica modalidad, la sologamia está relacionada con la audeterminación de poner la propia felicidad en el mismo centro de la vida para que, de esta manera, «se pueda llegar a desarrollar una mayor capacidad de conexión humana» (sic). Alguna de las sológamas explica que «te casas contigo misma para quererte y cuidarte» pero la verdad es que no se termina de ver la necesidad del automatrimonio para practicar tales recomendables acciones con el propio ser. Los tiempos, los usos y las costumbres, siempre terminan sorprendiendo.

En España hay más de 14 millones de solteros, de los cuales 7,5 millones son hombres y 6,5, mujeres, de acuerdo a los registros del Instituto Nacional de Estadística. En lo que respecta al número de matrimonios, en el año 2023 aumentó un 20,5% hasta alcanzar los 179.107. De la sologamia aún no existen datos oficiales ya que este tipo de uniones no están reconocidas legalmente, al menos hasta ahora. Lo que sí dicen los expertos es que en los últimos diez años la tendencia no ha parado de crecer.

Vivir para ver. Este es un tiempo en el que ya casi nada es capaz de sorprender por muy exótico que resulte. Lo siguiente es preguntarse por la cifra de autodivorcios que traerá aparejada esta moda. Y, sobre todo, cómo se gestionará el vivir con uno mismo, o una misma, después de la separación, sobre todo si ésta no es amistosa. Todo un reto, sin duda.