Secciones
Servicios
Destacamos
No defrauda nunca. Mis compañeros encargados de la actualidad parlamentaria y política, disfrutan lo suyo con este nuevo miembro del Gobierno al que, como afirman, no se le puede dejar solo porque siempre dice algo polémico que se convierte en noticia. La atracción de Óscar ... Puente, flamante ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, por el abismo es total y absoluta. Uno se lo imagina de chaval, en las calles de nuestra ciudad, calzado con botas katiuskas, como se llamaban entonces, presto a pisar todos los charcos desde la Plaza Mayor a la Rondilla sin dejar uno. Le encanta la polémica, es un heterodoxo de libro y anima el ambiente político de manera indiscutible.
Puente abomina de todo lo políticamente correcto y dice lo que piensa, aunque en ocasiones no piense demasiado lo que dice. Es una persona cordial, afable, que se lleva bien con los periodistas de Madrid que han descubierto en él una mina noticiosa. Cuando nuestro exalcalde acude a un acto cualquiera, los redactores jefes indican a su gente que no le pierdan de vista, porque en la ocasión menos esperada realiza unas declaraciones que galvanizan el foco político de la jornada. Tal parece que nunca tuvo que acudir a un psicólogo por problemas de autoestima y que jamás fue retraído, aunque seguro que si le preguntan se confiesa tímido. Madrid le ha sentado como un guante. Después de un periodo en el dique semiseco, tras abandonar la Alcaldía de Valladolid, su amigo Pedro Sánchez acudió a él para que diera respuesta al discurso de la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo. No había más que verlo bajar por las escaleras del hemiciclo para anticipar que sobre el candidato popular se iba a desencadenar una galerna verbal sin concesiones a la piedad. El presidente no olvidó ese papel, que le eximió de medirse con el líder del PP, y le reservó plaza en su nuevo Gobierno, nada menos que el antiguo Ministerio de Fomento, una cartera de confianza porque es el departamento de gasto por excelencia de la Administración del Estado.
Entre inauguración de AVE y algunas obras viarias, Óscar Puente no desaprovecha ocasión para atizarle a Ayuso, a Feijóo o al propio Page, por disidente. Nuestro hombre practica una sinceridad suicida que gusta mucho a los profesionales de los medios de comunicación y siempre se muestra amable y accesible con ellos. Apostaría a que lo que menos le apetece en la vida es pasar inadvertido y, desde luego, consigue su objetivo en cada recepción o acto del Ejecutivo. En ellas es fácil detectar su ubicación exacta comprobando desde lejos el punto de mayor concentración de cámaras y micrófonos. La verdad es que jamás pasa inadvertido.
Ahora, ha visto más reforzada su posición en el PSOE al entrar a formar parte de la dirección del partido tras la experiencia fallida de hace años, cuando fue designado portavoz nacional sin abandonar sus responsabilidades de alcalde; un error que también cometió el PP con el regidor de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y que se vio obligado, igualmente, a corregir. Este es su momento, incluso hay quien le ve en el interior del ecosistema socialista como posible sucesor de Pedro Sánchez. El tiempo dirá, de momento aquí lo tenemos, presto a bajar del coche oficial para actuar de vengador justiciero de los suyos. Le faltan las katiuskas para disfrutar, no ya de los charcos sino de meterse hasta las ingles en cualquier fuerte caudal de aguas turbulentas. Sus redes sociales no nos dejarán mentir. Por algo le llaman Puente, el vehemente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.