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Amnistía, paz y amor
Dados rodando

Amnistía, paz y amor

Existe un pequeño inconveniente y es la falta de predisposición de los amnistiados a no volver a intentarlo. Uuna vez conocida la noticia manifestaron 'urbi et orbi' que ahora van a por la autodeterminación

Antonio San José

Valladolid

Martes, 26 de marzo 2024, 00:23

No sé ustedes, pero yo estoy como aquel personaje de Arniches que aseguraba que «no salía de su apoteosis». Apoteósico total, así me encuentro tras ... la aprobación en el Congreso de la ley de amnistía que supone una oda a la fraternidad universal. Una ley que será «referente mundial», según el ministro Bolaños, y que algunos ciudadanos nos empeñamos en no valorar como corresponde. Vamos a ver, se trata de un monumento al reencuentro, una sinfonía armoniosa a la reconciliación, una iniciativa al amor entre el pueblo catalán y las gentes de España. Eso es. Deberíamos estar levitando ante tal derroche de amor y esperanza. ¡Qué bonito todo! Para valorar debidamente esta gesta, épica e inédita, Moncloa debería decretar una celebración por todo lo alto, convocar uno de estos domingos a todos los ciudadanos a las doce de la mañana en la Plaza Mayor de su localidad para que, unidos de las manos, canten al unísono 'We are the world, we are the children…', y después, ya puestos, y con las mismas manos unidas, bailar una sardana, 'La Santa Espina', por ejemplo, en interpretación de la Cobla de Cambra de Catalunya. Todo será poco para enseñarle al mundo la importancia de esta reconciliación cósmica propiciada generosamente por el Gobierno de Pedro Sánchez, firme aspirante al Premio Nobel de la Paz 2024, exaquo con Puigdemont. Algo así como lo de Nelson Mandela y Frederik de Klerk en 1993, pero en versión catalana.

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