El Politiqueo

El Politiqueo se lleva más conforme se asciende en el escalafón institucional. Cuanto mayor es el ayuntamiento, más politiqueo. Y cuando se alcanza el nivel autonómico, entonces ya se confunden los términos, como si el territorio propio fuera solo un tubo de ensayo del nacional. Así que el socialista Carlos Martínez llegó a la reunión con Alfonso Fernández Mañueco con «un decálogo», dijo, de propuestas. Sobre vivienda, sobre despoblación, sobre sanidad, sobre educación… Toda la panoplia. Tantas llevaba, que exponerlas le dio para dos horas. Para nada, claro. El presidente de la Junta le dijo que sí al único asunto en el que ambos solaparon iniciativas legislativas en las Cortes, la violencia machista. Para todo lo demás, en otra ventanilla. Hasta le dejó claro en el minuto uno de la reunión que lo del juego limpio institucional, lo de permitir el relevo en la Mesa de las Cortes y demás… Pues tampoco. Que en el equipo de Carlos Martínez había quien, ingenuo, pensaba que a lo mejor el pacto no escrito de no agresión pesaba más que la necesidad de un Ejecutivo en minoría de deshacerse de la presión parlamentaria. Verás cuando Carlos Martínez se entere de que la campaña, aquí, va a ir de Cataluña y los bilduetarras.