La política acúfeno

Que somos conscientes, creo, de que ese paréntesis de tediosa felicidad política durará poco. En enero entraremos ya casi en el último año de mandato en la Junta de Castilla y León y ese, ya lo saben ustedes, es de aliño. Sirve para ir preparando eslóganes, encargar pasquines y, sobre todo, para afilar los codos, que hay que garantizarse un lugar en las listas. Y esto siendo optimistas, porque Mañueco asegura que no quiere adelantar elecciones, pero a lo mejor a su jefe, Alberto Núñez Feijóo, le conviene un otoño caliente con una convocatoria simultánea en los ex territorios compartidos con Vox...

Después de un Gobierno de coalición acabado en divorcio duro, una moción de censura, un adelanto electoral, otro Gobierno de coalición fraguado in extremis, una votación de presupuestos errónea, un año bajo el foco del tándem PP-Vox pionero y una ruptura inesperada... Después de salpicar todo esto con una ristra de elecciones aquí y en los territorios de ultrameseta, Cataluña y País Vasco... Después de la locura, digo, quizá haya llegado el momento de utilizar la política para hacer algo que no sea politiquear.