El PSOE, su congreso y sus contradicciones
Carta del director ·
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Carta del director ·
El partido en el Gobierno celebra un cónclave ceñido a la proclamación del líder y con una ponencia marco que sirva para defender una cosa y su contrariaEste fin de semana se celebra el Congreso Federal del PSOE en Sevilla. Pedro Sánchez saldrá de él aclamado. Luis Tudanca, el político burgalés, tuvo ... un encontronazo fuerte con él hace unas semanas a cuenta de las fechas de la celebración del congreso en Castilla y León. Será a partir del 7 de enero. No antes, como ya se sabe. Hasta ese día, y durante los diez siguientes, hay tiempo de que aparezca una candidatura alternativa a la del actual secretario general, pero no parece que exista mucho entusiasta acumulando avales. Entre los tudanquistas prevalece la idea de que nadie querrá presentarse y el actual líder autonómico no lo hará hasta ese 7 de enero. Yo defendí que Sänchez lo aplastaría, pero claro, para eso necesita a un Óscar López que haga lo que se hizo esta semana en Madrid. Si no lo encuentra, casi seguro que sigue Tudanca. Porque Tudanca tampoco es Lobato Y ello a pesar del apoyo explícito de Felipe González.
Aunque en realidad yo quería hablar de dos cosas que planteará ese congreso en su ponencia marco. La verdad es que una herramienta de Inteligencia Artificial la podría haber escrito, la ponencia me refiero. Hubiese salido lo mismo. Por favor, Chat GPT, ¿me puedes hacer una ponencia marco para el Congreso Federal del PSOE del próximo fin de semana? En pocos minutos redactaría 170 folios muy parecidos a los que manejan estos días a orillas del Guadalquivir. En ellos se ve la nula solidez política que va a plantearse en ella. El cesarismo precisa de pocos papeles. O que los papeles digan una cosa, su contraria y cualquier otra, a criterio del César. La primera cuestión es el modelo territorial. En la sexta meta –esta vez la cosa va de metas– se dice: «6ª META. Un sistema que combata la desigualdad en todas sus formas». La séptima dice: «7ª META. Una sociedad igualitaria en la que todas las mujeres tengan los mismos derechos, oportunidades y libertad que los hombres». Y en la octava todo eso nos lo cargamos con una que anticipa el contrasentido de tropezarse y correr al mismo tiempo: «8ª META. Una España cohesionada en la diversidad».
En ella aborda una reforma de los Sistemas de Financiación Autonómica y Local y propone que pare ello se «federalice la dirección de la AEAT para dar más capacidad de decisión a las comunidades autónomas y despliegue una estrategia en red con las haciendas autonómicas; y compatibilice multilateralidad y bilateralidad con un común denominador del sistema perfectamente conciliable con el adecuado, que no privilegiado, tratamiento de las singularidades y el mantenimiento de la solidaridad a igual esfuerzo fiscal». Hay contorsionistas menos flexibles que quienes han redactado esto. Que cada cual juzgue, pero me temo que el objetivo del partido no será reforzar el federalismo, sino, muy al contrario, gratificar al independentismo o a todo aquel que, en el momento que sea, curse una factura para aportar un apoyo con el que sostenerse en el poder.
La segunda cuestión es más sugerente: la lucha contra la desinformación. Dice la ponencia: «Nuestra democracia, como la mayoría de democracias occidentales, está amenazada por el avance de la desafección y la desconfianza ciudadanos, los valores autocráticos, y una internacional ultra que está usando las nuevas herramientas digitales y el acceso a las instituciones que le brinda la derecha conservadora para propagar el odio y la desinformación, debilitar la separación de poderes y desmantelar el sistema democrático».
Más adelante dice: «La democracia española es una de las más plenas del mundo y que goza de una salud excelente, que ha mejorado desde que gobierna el PSOE. Así lo indican los rankings más prestigiosos que existen, como el V-Dem de la Universidad de Gotemburgo o el Democracy Index de The Economist». Resulta que vas a ambos índices y no es verdad. Es mentira, es falso, es fake que la salud de nuestra democracia haya mejorado desde que gobierna el PSOE. El V-Dem indica que los seis índices relacionados con la salud democrática de España descienden constantemente desde el año 2020. Y para el dato de The Economist, otro tanto de lo mismo: el dato es de 7.94 en el 2021 y 8.07 en 2022 y 2023, lejos del 8.30 del 2016 o 2015, por ejemplo.
Es lógico y normal que en el mismo documento destaquen que «estudios recientes indican que el 90% de los españoles y españolas se ven expuestos a noticias falsas de forma recurrente, y que al 86% les cuesta distinguir las noticias verdaderas de las que no lo son». Si es que ya uno no puede fiarse ni de la ponencia principal del principal congreso del partido que gobierna este país...
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