Secciones
Servicios
Destacamos
La pulsión autonomista del leonesismo es distinta dependiendo de quién la proclame y exprese. O eso parece. No tienen mucho que ver el planteamiento de ... intensidad variable que hacen desde el PSOE, muy condicionado por el escaso liderazgo del secretario general del partido en Castilla y León, Luis Tudanca, y por las motivaciones localistas del alcalde o el grupo de la Diputación, y aquel otro que se hace desde la UPL de Luis Mariano Santos. Tampoco tiene que ver con estas posturas la que pueda defender, con más o menos convicción, el Partido Popular. Sospecho que, dependiendo de la voz, la sigla, el momento y el contexto, pesa más el cálculo electoral, el factor histórico, identitario y rivalista o el sentimiento de agravio respecto, sobre todo, lo que tiene o no tiene, recibe o no recibe, Valladolid.
Así es que no resulta sencillo, ni es justo, abordar con simpleza y en dos brochazos la moción aprobada recientemente en la Diputación provincial para promover una decimoctava autonomía leonesa. Ya se vería luego con qué configuración provincial. Cuando el alcalde José Antonio Diez improvisó una posible unión con Asturias pensé: pues no tienen bastante Oviedo y Gijón con sus propias cuitas y equilibrios como para gestionar, no sabemos desde qué capital, por cierto, las que surjan de Somiedo hacia abajo.
Y ello a pesar de que en este país nos hayamos acostumbrado a debatir y zanjar casi cualquier cosa de esa manera: con simplismos de manual, sin matices. En modo ráfaga. Por ejemplo, si el Tribunal Supremo aplica la Ley de Amnistía, que es lo que le toca, y como instancia superior decide que no es de aplicación la malversación por la práctica de la propia redacción de la ley, pues Marchena y Llarena son un par de fachas que no respetan la voluntad del legislador. Y a otra cosa Maricarmen. Circulen. Lo de menos es si la voluntad del legislador es contraria a derecho o si se legisla como si quisiéramos reformar el Código Penal mientras ordenamos los cajones en el camarote de los hermanos Marx. No nos paremos a pensar demasiado, no vaya a ser que nos despistemos, acabemos concediendo un escaso, mínimo, ridículo margen de sensatez al adversario y nos metamos hasta la rodilla en el fango. En el de los otros.
Es previsible que fuera de León o de Castilla y León este asunto se resuelva con cuatro simplezas. Pero no aquí. Y si uno consulta con los que saben, que no suelen ser los que más hablan, se dará cuenta de que en lo que pasa, pasó y puede pasar impactan varias causas. La primera y principal es de tipo electoralista. Cuando uno observa los resultados electorales en la ciudad de León, el PSOE básicamente mantiene un respaldo sostenido y UPL logra ganar apoyos a costa del PP, que hace ya mucho sestea entre guerras internas, detectives y falta de liderazgos claros. Esto es un nuevo órdago que debilita a Tudanca y al PP. Por eso el presidente popular y de la Junta, Alfonso F. Mañueco, haría bien en analizar lo que ha hecho la administración autonómica, si basta con un consejero leonés o quizás fuese necesario alguno más, si tendría que ganarse el favor de los votantes de la UPL singularizando y ampliando la representación permanente en aquel territorio... Tiempo tendrá porque la segunda causa, la del deterioro económico y demográfico evidentes que asolan esa zona, no tiene mucha solución a corto plazo. Si hay agravios regionales con León, probablemente los haya igual o mayores con Ávila, Zamora o Soria, pero optar por la solución de retener población creando 10.000 nuevos puestos de funcionario es no solo un chiste sin gracia, sino un horizonte de ruina total. De un plan así, León saldría bastante más pobre porque los primeros que huirían corriendo son aquellos que todavía mantienen viva una actividad productiva y empresarial al margen de los fondos públicos. Por otro lado, las vías política y jurídica de una comunidad leonesa nueva, por mucha razón histórica que tuviese, son caminos que, apenas con imaginarlos, cualquiera acabaría deprimido bajo toneladas de pereza. ¿Ahora nos vamos a poner a reconfigurar el mapa autonómico de España? ¿También con Teruel en Aragón? ¿Con Ávila? ¿O solo tienen derecho los descendientes de un determinado linaje real? ¿O va a gusto del consumidor? Porque si, como decía esta semana el alcalde, a las autonomías uniprovinciales les ha ido tan bien, ¿cómo vamos a negarle la msima posibilidad a Burgos o a Soria? ¿En serio existe alguien capaz de demostrar con un mínimo de solvencia técnica e intelectual que 'León solo' sería un León mejor, más rico, próspero y posible?
Mi pronóstico es que de este debate, que no es gratuito, que no es caprichoso ni cabe frivolizar, que conviene atender con máxima sensibilidad, amplitud de miras, esfuerzo y recursos, no saldrá nada concreto, no saldrán unas cortes de León con 30 escaños, por ejemplo, con su Junta, su consejo consultivo, su himno, su festividad… Pero si no se lo toman en serio, el PP sí saldrá más débil, la Junta de Castilla y León también y Mañueco puede volver a ver cómo la UPL gana, incluso arrasa, en la capital en las próximas autonómicas. Se celebren cuando se celebren.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.