Buenas y malas noticias en Valladolid

«No sería raro que, igual que le sucediera al PP la pasada legislatura con Pilar del Olmo, Pedro Herrero quedara fuera de la ecuación, así que la oposición, sin un líder claro, entra en un periodo de incertidumbre»

Ángel Ortiz

Valladolid

Domingo, 26 de noviembre 2023, 00:02

Valladolid dispone de dos importantes dirigentes del PSOE local y provincial, su exalcalde Óscar Puente y su exprimera teniente de alcalde Ana Redondo, en el nuevo gabinete de Pedro Sánchez. El primero es ya ministro de Transportes y Movilidad; la segunda, de Igualdad. ... Son dos carteras de primer orden, sobre todo desde un punto de vista político. Y la primera lo es, además, desde el plano presupuestario y de cohesión territorial, mucho más cuando uno de los compromisos de investidura transita por la transferencia a la Generalitat de la gestión de Rodalies de Cataluña.

Publicidad

La ciudad gana con esos nombramientos. Cuántas quisieran tener ese peso en el Ejecutivo estatal. Y no ya por el mero origen censal de Puente y Redondo, sino por el importante papel que han desempeñado en los últimos años en la gestión municipal, que conocen perfectamente. Aunque no pidamos peras al olmo: el secretario general de los socialistas de Valladolid no moverá un dedo por el soterramiento de la vía y, desde Madrid, lo más probable es que, de hecho y en coherencia con sus convicciones y programa, impida y entorpezca cualquier intento del Ayuntamiento de Carnero por detener el plan de integración aprobado por PP, PSOE y las tres administraciones involucradas. La situación está como la plasmé más o menos en esta carta de hace año y medio.

Distinto es el papel que vaya a jugar el nuevo ministro en el plano puramente político y no de gestión. Ahí está su entrevista en Televisión Española. Ha sido el primero en salir a la palestra. No tuvo problema en dinamitar toda la exposición de motivos de la ley de amnistía insistiendo en que, si no hubiesen necesitado los votos de Junts, no la hubiesen promovido. Y que la ley sirve para evitar engorrosos procesos judiciales: «¿Qué es mejor, que apliquemos esta medida ahora o que nos veamos a corto plazo con un montón de juicios, extradiciones de Puigdemont y que volvamos a la tensión de 2017?», se cuestionó. La pereza, la pereza de cumplir con el mandato de la ley me refiero, no tiene desperdicio como argumento. Y en relación con su proyección y protagonismo públicos, Puente, que parte con la desventaja de ser más alto que Pedro Sánchez, debería recordar la costumbre de su presidente de quitar del medio a todo aquel que despunta. Ojo.

El grupo municipal socialista en la ciudad ha quedado en manos del número tres, Pedro Herrero. Más de lo mismo que Puente, aunque con matices que iremos descubriendo. También veremos qué otros nombres surgen a lo largo de la legislatura. Lo único seguro es que no habrá elecciones hasta 2027 y que de aquí a entonces el PSOE cuenta con los concejales que cuenta. No sería raro que, igual que le sucediera al PP la pasada legislatura con Pilar del Olmo, Pedro Herrero quedara fuera de la ecuación, así que la oposición, sin un líder claro, entra en un periodo de incertidumbre que, en todo caso, deberá rendir cuentas ante la tutela de Puente y Redondo como altos cargos del aparato del partido.

Publicidad

En la bancada del gobierno municipal queda una corporación PP-Vox pilotada por Carnero con buenas y malas noticias. Las buenas, que el mensaje del PSOE a sus electores y vecinos es nítido: Valladolid no es lo primero ni para Puente ni para Redondo. Así que, entre que los socialistas se aclaran, se organizan, se deciden, una cosa y otra, el PP tiene pista libre para afianzarse como único referente en la Casa Consistorial, toda vez que el perfil de los concejales de Vox no parece que represente competencia ninguna. Las malas, que el único eje del programa de Carnero, el posible soterramiento de la vía, ya sabe todo el mundo que pasará a mejor vida. Ante lo cual el político popular puede empeñarse cuanto quiera, pero todo Valladolid sabe que la peor noticia para la resurrección de ese proyecto (muerto, no vivo, desde hace muchos años) era que Puente pudiera influir, no ya decidir directamente como ha sucedido, en cualquier decisión relativa a esa infraestructura. El riesgo que asume el alcalde es que los vallisoletanos, incluso los que apostaron todo y siempre por el soterramiento en su momento, lleguen a la conclusión de que lucha no por una ilusión, sino por una quimera, por un imposible. Si Puente debe tener cuidado con no perturbar la vanidad enfermiza e implacable de Sánchez, Carnero debería repensar su programa para que no parezca una secuela del Mago de Oz.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad