Amor de viejo

Los veo desde la parada del autobús. Los dos viejos están sentados en un banco; él apoya sus manos sobre la empuñadura del bastón, ella mantiene las suyas sobre el regazo. Bajo la luz del mediodía miran al frente, a la calle, en silencio.

Durante ... mucho tiempo creí que el silencio entre las parejas viejas era el final del amor. Y lo creí por culpa de Albert Camus: a los trece años, en esa época gloriosa en la que regalan libros a los adolescentes confiando en que tengan suficiente sesera para desentrañarlos, leí en sus 'Carnets' un apunte sobre un matrimonio anciano que viajaba en el tren sin cruzar una palabra durante horas. No puedo recuperar el texto porque el libro desapareció de mi vida como desaparece todo lo que amo, sin avisar y dejando un hueco difícil de llenar, pero el desconsuelo que me produjo aquella imagen me encogió el corazón. Pensé «si ya no se hablan es porque no tienen nada que decirse». Pensé «qué triste». Pensé «prefiero envejecer sola».