![La 'cordura' de Don Quijote](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2025/02/10/Quijote-opinion-kWRC-U230813253109jUF-1200x840@El%20Norte.jpg)
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En la clínica psiquiátrica, la locura y la cordura no son compartimentos estancos. Se pueden y suelen mezclar. La mayor parte de personas con trastornos mentales psicóticos (perturbación del juicio de realidad con alucinaciones y / o delirios) tienen un notable lado cuerdo. La combinación de ... cordura y locura es la norma, de manera muy particular en el trastorno delirante. Y si la persona es inteligente y culta, sus palabras serán a menudo cultas e inteligentes.
Lo que ocurre en la realidad los escritores pueden reflejarlo luego, con mayor o menor pericia, en la Literatura. En el Capítulo XVI de la Segunda parte del Quijote (RAE, 2015), igual que en otros muchos capítulos, Cervantes hace una demostración del lado 'cuerdo' de Don Quijote. Con extraordinaria pericia.
El Caballero del Verde Gabán (llamado así por el color de su ropa) es un hidalgo manchego como Don Quijote, sólo que «más que medianamente rico». Lo encuentran por casualidad en el camino. Detiene su yegua después de que Sancho Panza le asegure que no debe preocuparse por ella, porque Rocinante es el caballo «más honesto y bien mirado del mundo». Don Diego les informó que tenía un hijo de 18 años estudiante de lenguas en Salamanca (griego y latín), y que estaba preocupado porque mostraba más inclinación por los versos de Homero, Marcial, Virgilio u Horacio, que por las leyes, como el padre quería.
«A todo lo cual respondió don Quijote:
–Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y, así, se han de querer, o buenos o malos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida. A los padres toca el encaminarlos desde pequeños por los pasos de la virtud, de la buena crianza (…) y en lo de forzarles que estudien ésta o aquella ciencia, no lo tengo por acertado, aunque el persuadirles no será dañoso, y cuando no se ha de estudiar para pane lucrando ['para ganarse la vida'] (…) sería yo de parecer que le dejen seguir aquella ciencia a que más le vieren inclinado; y aunque la de la poesía es menos útil que deleitable, no es de aquellas que suelen deshonrar a quien las posee (…) [La poesía] no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella se encierran. Y no penséis, señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente plebeya y humilde, que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número de vulgo (…) El grande Homero no escribió en latín, porque era griego, ni Virgilio no escribió en griego, porque era latino; en resolución, todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar las estranjeras para declarar la alteza de sus conceptos (…) Según es opinión verdadera, el poeta nace: quieren decir que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta, y con aquella inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone cosas, que hace verdadero al que dijo: «Est Deus in nobis» [«Un dios habita en nosotros», cita bíblica] (…) El natural poeta que se ayudare del arte será mucho mejor (…) La razón es porque el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perficiónala; así que, mezcladas la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un perfetísimo poeta (…) La pluma es lengua del alma: cuales fueren los conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos (…) Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama».
Admirado quedó el del Verde Gabán con las palabras de Don Quijote. Y no era para menos. Con su reflexión demostró bastante más que cordura: sobresaliente inteligencia, cultura, y un matizado y muy sabio juicio (naturalmente, prestados por Cervantes). Más que en sentido religioso, en sentido poético, quizá un dios habite en nosotros.
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