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Mikel Casal
Los deberes de Cristinita
Míster Cipriano

Los deberes de Cristinita

«Mamá publica en una red lo inhumano y contraproducente de los deberes escolares, que son una tortura añadida a cinco horas de trabajo ímprobo y que ella, a la edad de su hija, se pasaba el día jugando»

Alfonso Niño

Valladolid

Jueves, 1 de febrero 2024, 00:29

Llega del colegio y lanza su mochila carro con ruedas último modelo al fondo de su habitación. Choca con la mesilla de madera y saca una pequeña astilla de uno de los cajones. Sus padres no dicen nada. La niña está frustrada. Se tumba en ... la cama, recién hecha, con los zapatos puestos y da varias vueltas. Se levanta del revoltijo y llega a la cocina. El grito sobre qué hay para comer queda en enaguas ante la exclamación por tener espárragos y pechuga de pavo en vez de macarrones con chorizo. Mamá le dice que no puede comer eso todos los días y Cristinita, intentando balancear sus emociones pero sin conseguirlo, llora amargamente y exclama que se quiere morir. Corre de nuevo hacia la habitación y cierra con un portazo que hace que un cuadro caiga al suelo y su cristal se rompa en varios pedazos. Papá agarra la escoba, mamá el recogedor, y ambos conversan pausadamente sobre la necesidad de su hija de acudir a un psicólogo. Al momento, la niña sale deshecha y lagrimeando como una antigua plañidera profesional, y dice que encima tiene muchísimos deberes y que no puede más (esto lo repite un par de veces, con tal énfasis que ríase usted de Pere Aragonés pidiendo sus chucherías económicas). Y claro, sus padres le dicen que de ninguna manera. Que esté tranquila, que todo saldrá bien. Y la niña, más calmada, se hace con el sofá en modo horizontal y pega el mando televisivo a su mano de modo que se ve lo que ella quiere.

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