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Arun Sankar / AFP
Carolina
Míster Cipriano

Carolina

Y cada lágrima es uno de nosotros frente al monitor maldiciendo este destino injusto y el café frío que llevo en la mano desde que cayó por primera vez

Alfonso Niño

Valladolid

Lunes, 5 de agosto 2024, 07:42

Son las diez y pico de la mañana. El café está recién hecho. He abierto las ventanas de toda la casa a ver si el frescor matinal ahuyenta la temperatura retenida en el interior. Pensé en bajar a comprar algo de untar, con migas y ... azúcar, pero en el momento de girar la llave en la puerta he resistido la tentación. No negaré que me ha ayudado la goma del bañador, que está al límite después de un verano de caprichos en exceso. Sara sigue dormida así que, tras consultar el menú deportivo, conecto con un desequilibrado Suecia - Japón de balonmano con sopapos y carreras por doquier. Pocos minutos después, enlazo con el bádminton, ese deporte que nos importa un carajo mientras no aparezca anunciado con la cara de una onubense con sonrisa juvenil y el carácter de Gravesen. Juega contra una china que tiene pinta de saber que la Marín es un bicho que rivalizaría con Godzilla si este llevase una raquetita y cupiera en un recinto adecuado.

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