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La invasión de la paloma montaraz
Tribuna

La invasión de la paloma montaraz

Mientras que la distancia de huida de las torcaces en el campo puede llegar a los cien metros o más, dependiendo de los dos factores señalados antes, en la ciudad parecen haber perdido por completo el miedo al hombre, y se dejan acercar a un par de metros

Alfonso Balmori

Valladolid

Miércoles, 23 de abril 2025, 08:28

La paloma torcaz se distingue bien de su pariente urbana, la paloma de toda la vida, por su gran tamaño, y sobre todo por las ... bandas blancas que cruzan sus alas cuando vuela. Se trata de una especie silvestre, con poblaciones migradoras y otras sedentarias que, hasta tiempos recientes, vivía alejada de las ciudades. Sus grandes bandos migratorios, en paso por los tradicionales puestos palomeros en Pirineos y el Sistema Ibérico, son bien conocidos por el gremio cazador. Sin embargo, las torcaces migradoras que acudían cada invierno a las dehesas españolas y los montados portugueses para alimentarse de las nutritivas bellotas, lo hacen cada vez en menor número, dejando paso al auge de las poblaciones sedentarias y en especial a las urbanas.

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