Aguafiestas

A la espera de que nos desvelen la letra pequeña de esas 50 medidas que transformarán nuestras vidas, y sin querer erigirme como el aguafiestas del planazo, existen ya elementos suficientes para vaticinar su fracaso. Su mal endémico, como el de otros muchos 'documentos estratégicos' de éste y de otros gobiernos, parte de su propio engendro. ¿Qué puede pasar con un plan a nueve años que no se negocia con la oposición? Pues eso, al cajón en cuanto manden otros.

Una economía basada en el ladrillo y el turismo, en el que lo único que supera con creces la media europea es el número de bares y peluquerías, no se convierte en la más innovadora por arte de birlibirloque, por mucho colorín que le ponga el señor Sánchez.

¿Quieren mejorar de verdad el emprendimiento? Olvídense de grandes planes. Permitan mañana mismo vía BOE que se declare el IVA cuando se cobre la factura, no cuando se emite, desarrollen una política fiscal pensada para pequeños negocios en vez de para el IBEX35, bonifiquen la Seguridad Social hasta no tener beneficios, etc. A estas alturas quienes trabajamos por cuenta propia, lo único que les pedimos a nuestros gobernantes es que no nos estorben. Solo eso.

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