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Francisco Igea y Alfonso F. Mañueco, en el último pleno de Las Cortes. MINGUEZA

Adelanto electoral, cuanto antes

Opinión ·

«Existen incertidumbres suficientes como para que el presidente quede legitimado para volver a llamar a las urnas a los castellanos y leoneses»

Ángel Ortiz

Valladolid

Jueves, 9 de septiembre 2021

Lo sucedido esta semana en Las Cortes autonómicas con la aprobación de la propuesta no de ley del PSOE 'PNL/001196-01', que insta a la Junta a retirar su propio plan de reestructuración de la atención primaria en el medio rural, además de un esperpento político de primer orden abrió la posibilidad real de un adelanto electoral en la comunidad que inicie un nuevo periodo legislativo de cuatro años. Fue inaudito comprobar cómo el PP pudo votar a favor de una propuesta –con la todavía más absurda abstención de Ciudadanos– que defiende, literamente, lo siguiente: «La Junta de Castilla y León lleva años abandonando y relegando la atención primaria a un segundo plano en cuestión de inversiones y de dotación de recursos. [...] Ha llegado un punto en que la situación de la atención sanitaria en el medio rural es insostenible y la buena voluntad de regidores y de profesionales no puede compensar la falta de previsión de la Junta, mucho menos su mala gestión». Si el PP saca algo así adelante, y sin pestañear, es porque la coalición con los naranjas se ha desangrado por completo y Mañueco, el presidente, ha decidido ponerle fin por las bravas.

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Por tanto, cuanto antes lo haga, mejor. Por muchas razones. Al margen del argumento coyuntural e inmediato, la excusa, ese choque respecto del modelo de sanidad rural, existen otros de mayor calado si cabe. La coalición quedó en minoría cuando Ciudadanos perdió a una de sus procuradoras, lo que por ejemplo le dificultará la aprobación de unos nuevos presupuestos y le introducirá en una cierta precariedad parlamentaria. En marzo los procuradores socialistas pueden presentar una nueva moción de censura, lo que implica un amenaza cierta.

Pero sobre todo, Ciudadanos hace tiempo que dejó de ser el partido que fue y precisamente sus representantes en el parlamento regional, y muy especialmente el vicepresidente, Francisco Igea, no se sabe muy bien a qué intereses de partido o de modelo de programa responden. Tampoco la organización nacional, con Inés Arrimadas al frente, son garantía de nada hoy por hoy. Todo junto crea incertidumbres suficientes como para que el presidente quede legitimado para volver a llamar a las urnas a los castellanos y leoneses y formar un hemiciclo que alumbre un nuevo gobierno para afrontar la salida de la crisis económica y sanitaria con renovado impulso. Por lo demás, y ya observando el escenario desde un plano meramente electoral, el viento sopla a favor de una mayoría popular, como avanzaba por primera vez nuestro sondeo de GAD3 de hace pocas semanas, y los resultados de las elecciones en Madrid anticipan la casi segura desaparición de Ciudadanos también en nuestra comunidad. Retrasar la decisión solo implica, pues, riesgos para el PP. Uno, que ese respaldo social se pueda diluir fruto de alguna circunstancia o hecho hoy desconocido o inesperado. Otra, que el resto de fuerzas políticas tengan tiempo de reaccionar y prepararse. Vox de manera particular. Y tres, que cada minuto que pasa da mayor margen para que, por una cosa o por otra, vuelva a registrarse una nueva moción de censura que desactive ese adelanto. No es imposible. No quiero imaginar qué haría el PSOE de Tudanca si Igea, por ejemplo, logra sumar firmas que sostengan esa iniciativa para ser él mismo el presidente por lo que queda de ciclo y achicharrar al PP. ¿Ciencia ficción? Seguro que ya tendríamos dos de Podemos y otra de la procuradora que abandonó Ciudadanos. ¿No es la política el arte de lo posible? Mañueco debería saber que si ya se da por hecho que habrá un adelanto antes de marzo, cuanto más tarde en practicarlo más riesgos asume. Negocio aparte es que, también cuanto antes, Mañueco debería sacar de su equipo al menos a los dos principales patronos del plan de su gobierno que ahora rechaza, Igea y Verónica Casado, porque lo contrario es un ejercicio de absoluto cinismo. O pensar que los ciudadanos somos bobos. O darle munición al adversario...

¿Qué queda por delante? La fecha. Y un detalle no menor. En el momento en que se active el calendario electoral, todas las decisiones importantes en el Partido Popular –las candidaturas provinciales de manera significativa– quedarán sujetas al superior criterio y última palabra de la dirección nacional. Será por eso el momento de comprobar hasta qué punto las diferencias entre Pablo Casado y Mañueco han sido superadas o no.

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