Leo en el periódico: «La prostitución abre nuevas ficciones en el Gobierno». Y me parece normal. Pero el titular de la información de Doménico Chiappe era: «La prostitución abre nuevas fricciones en el Gobierno». Fricciones, no ficciones, ceporra. Da igual. Carmen Calvo quiere adelantar por ... el arcén a Irene Montero a la hora de abolir la prostitución. Una quimera. Escribir tu nombre en la playa, María Isabel.

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En realidad (lo importante son los palabros), Calvo es abolicionista y Montero, regulacionista (había anunciado un plan sociolaboral con su colega Yolanda Díaz antes de que Calvo tomara la delantera). La política puede ser ficción cuando hablamos de 'El ala oeste' (tan relistos, tan eficientes).

Puede ser ficción cuando hablamos de la dramatización (el clásico de Zapatero a Gabilondo de «nos conviene que haya tensión», que tan bien ha aprendido Iglesias). Y puede ser ficción con este sainete de a ver quién es mejor y más feminista.

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