Estaba Irene Montero opacada por la ministra del extraño prestigio y por Belarra. Pero la salvaje violación en Igualada la ha reactivado. «No descansaremos hasta que todas las mujeres vivamos libres de terror sexual». ¿Pero exactamente qué vas a hacer para erradicar el mal? ... Mira, podéis acabar con los hombres como en 'Y. The last man'. También ha retuiteado un artículo de esos que sostienen que la historia de la mujer que no vuelve a su casa, o vuelve destruida, es la historia de nuestras vidas.
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Que no son hechos aislados, que es la manera en la que las mujeres aprendemos a vivir. Y que el miedo es una «poderosa herramienta de control». Lo peor de la desgracia de unas pocas es la turra de unas muchas. Las que creen en el derecho al descampado por la noche. Id vosotras, 'rosaparks' de la temeridad.
La mujer de Alberto Garzón reivindica «el coño como arma de pasión masiva». No sé, siempre he sido más partidaria de mantenerlo a salvo.
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