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Tudanca y Mañueco, en la sede de la Presidencia de Castilla y León. RUBEN CACHO-ICAL
Hasta que Abascal quiera

Hasta que Abascal quiera

LA ESPITA ·

La formación de Gobierno en España, unida al eclipse que le provoca Ciudadanos en Castilla yLeón, muestran al PP regional más apocado del siglo. Un Vox que pisara el acelerador sería su perdición. O casi.

J. I. Foces

Valladolid

Domingo, 19 de enero 2020, 08:21

Ni viento ni olas en el escenario político de Castilla y León. Todo plano. Y los dos grandes partidos regionales, PP y PSOE, apalancados en la calma chicha. Permita el lector que el orden de cita de ambos lo marque el resultado electoral del 10- ... N y no el recientísimo CIS de José Félix Tezanos, que está más caducado que un yogur de 1990 (la encuesta se hizo entre el 29 de noviembre y el 19 de diciembre y se ha publicado ahora). En alta mar con calma chicha están los populares de Alfonso Fernández Mañueco, que continúa su periplo presidencial, más propio del principal mandatario de una república que de un presidente autonómico. Ora con la empresa familiar del siempre innovador en la iniciativa César Pontvianne, en las antípodas de la ya un tanto anticuada Cecale; ora con el alcalde y el presidente de la Diputación de León, socialistas ellos, José Antonio Diez y Eduardo Morán, respectivamente. Paseos institucionales del presidente, nada más. Como paseos, políticos, se pega el socialista Luis Tudanca, cuyo discurso empieza a ser previsible en la defensa numantina de Pedro Sánchez y su pacto con Pablo Iglesias y Gabriel Rufián. Va a ser muy interesante ver en febrero el primer pleno de las Cortes para comprobar cómo el siempre impulsivo podemista Pablo Fernández frena en seco su discurso antiPSOE ahora que su partido está en el Consejo de Ministros.

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