50.000 razones

Quienes, pese a todas las advertencias y la contundencia de los hechos, se empeñan estos días en rodearse de excusas para celebrar la Navidad en grupo deberían reflexionar sobre su orden de prioridades en la vida. Quienes siguen sin tomarse en serio la amenaza, incluso después de casi 50.000 muertos (5.000 de ellos en Castilla y León), deberían pensar en que lo que van a hacer es lo más parecido a la ruleta rusa porque el revólver sigue cargado. Hay 50.000 razones para entenderlo, una por cada una de las 50.000 familias que no tienen nada que celebrar estos días.

Que se lo pregunten, por ejemplo, a la de Felisa Gallego, de 58 años, que trabajaba como técnico auxiliar de cuidados de Enfermería en el área de Digestivo del hospital Virgen de la Concha de Zamora, primera víctima sanitaria por la pandemia en la provincia. Una heroína que, como ha recordado su familia y compañeros, «murió cuidando de todos». Parafraseando al vicepresidente Igea creo que, por desgracia y en términos generales, los ciudadanos ya somos mejores que nuestros gobernantes. Ahora, sin embargo, llega el momento de demostrarlo.

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