Díaz será la voz de Sumar en la investidura y enfada a Podemos en pleno reparto de ministerios

El anuncio no ha hecho más que ensanchar la brecha que desde hace meses separa a la líder gallega de Podemos. Los morados habían pedido el lunes directamente a Díaz tener la posibilidad de que uno de sus cinco diputados pudiera intervenir en la sesión. Se lo trasladaron durante la reunión del grupo parlamentario que se celebró por la mañana en el Congreso y en la que la vicepresidenta pidió «responsabilidad» a los 31 miembros del grupo para tejer una «nueva relación» con el PSOE basada en el «respeto».

Tanto Marta Lois como Aina Vidal intentaron este martes quitar hierro a la cuestión en una rueda de prensa en el Congreso y prefirieron centrarse en «la importancia de la presente semana» para la formación del próximo Ejecutivo confiando en que la sesión de investidura se convierta «en un día de unidad». Sin embargo, los morados interpretan esta maniobra como el enésimo «desplante» a su formación. Una más en la lista de agravios que llevan redactando desde que optaron por integrarse en la coalición para concurrir al 23-J.

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Los de Ione Belarra fueron privados del reparto de portavocías del grupo parlamentario en septiembre, un cargo que también da la llave a registrar iniciativas parlamentarias en la Mesa de la Cámara baja; y posteriormente denunciaron haber sido excluidos de las negociaciones para sellar el pacto de coalición con los socialistas. Sin embargo, este último pulso llega en un momento especialmente crítico, cuando las bases de la formación han apoyado mayoritariamente un documento que busca mantener la autonomía del partido frente a Sumar y, hasta este martes a las 22:00 horas, votaban para dar o no su respaldo a Pedro Sánchez en la investidura (los resultados se conocerán este miércoles).

En este escenario, la dirección de Podemos confía en ver respaldada su intención de votar al candidato del PSOE, pero mientras empiezan a asumir que ninguno de sus miembros ostentará un ministerio en el próximo Gobierno, se preparan para cumplir sus amenazas y negociar por separado cada ley que el Ejecutivo quiera sacar adelante en la legislatura convirtiéndose en un actor más, al mismo nivel que Esquerra o EH Bildu.

Sumar, por su parte, da por sentado que Díaz mantendrá la cartera de Trabajo, aunque guarda silencio sobre si seguirá siendo vicepresidenta segunda o ascenderá en el escalafón del Consejo de Ministros. Todo parece apuntar a que no retendrán la cartera de Igualdad ni verán cumplida su petición de ostentar un Ministerio de Vivienda, de nuevo cuño. Sin embargo, apuestan por mantener Derechos Sociales y obtener Cultura, Sanidad y Juventud e Infancia (este último departamento sería de nueva creación).