La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, en el pleno de este miércoles en el Congreso. EP

Sánchez recibe un duro correctivo de sus socios por su discurso «vacío»

«¿Para qué ha venido hoy aquí?», le ha requerido Rufián, con Nogueras acusando al PSOE de ser «corresponsable de la carcoma» y el PNV rompiendo el tabú sobre Begoña Gómez al advertir de que «hay cosas que no se deben hacer»

Miércoles, 17 de julio 2024, 12:51

Todos los socios habían apuntado, con mayor o menor intensidad, hacia el mismo punto después de que el presidente Pedro Sánchez solventara sus cinco días de retiro en abril con el anuncio de su plan de «regeneración» para combatir «la máquina del fango»: que el jefe del Gobierno debía clarificar negro sobre blanco su declarado propósito y hacerlo con arrojo, entendido en el caso de los soberanistas vascos y catalanes como la asunción de que el Estado está agujereado desde la Transición. De ahí que el pleno en el Congreso acabara convirtiéndose este miércoles en un bumerán contra Sánchez, cuyo inconcreto aterrizaje en medidas específicas -más allá del obligado reglamento europeo sobre la libertad de los medios- provocó una catarata de reproches de sus socios. Con todos aprovechando el debate, de una forma u otra, para cuestionar que la democracia española esté a la altura.

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Bajo la sombra de la incierta investidura catalana de la que pende la legislatura española y la pugna entre las dos familias del secesionismo, ERC y Junts coincidieron en la reprobación del «discurso vacío» de Sánchez -así lo describió Míriam Nogueras, la portavoz del partido de Carles Puigdemont-, con un denominador común en todos los aliados salvo la esta vez disciplinada Sumar: que para este viaje no hacían falta las alforjas de un pleno casi monográfico en mitad de julio. «¿Para qué ha venido usted hoy aquí? No ha anunciado nada», se arrancó Gabriel Rufián, quien inició en el hemiciclo la ristra de críticas que la líder de Podemos, Ione Belarra, había avanzado ya en el patio del Congreso tildando el mensaje de Sánchez de «trampa» y «'fake'».

«Un fantasma recorre el mundo», parafraseó Rufián el comienzo del 'Manifiesto comunista' de Marx y Engels, en su caso para repudiar «la mentira y el sadismo populista» de la ultraderecha. «Más Estado regulador, más políticas sociales, más izquierda, más intervención en sectores estratégicos», recetó Rufián. Tras él, el resto del bloque de investidura vino a corear tres argumentos contra Sánchez: que anunciar como novedad la legislación europea de medios es inocuo porque el reglamento es de incorporación forzosa al marco español; que solo se ha aprestado a actuar contra la desinformación cuando se ha visto afectado por causas judiciales en su entorno; y que el pacto con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) quiebra cualquier intento creíble de regeneración, empezado por los jueces.

«Golpe de Estado híbrido»

Unos jueces a los que Nogueras imputó la comisión de un «golpe de Estado híbrido» para frenar la amnistía junto a dirigentes de la derecha como el expresidente José María Aznar; la «extrema derecha» de la que la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, dijo que permea las fuerzas de seguridad y «las togas en los tribunales» españoles. Su homóloga en Junts, más implacable si cabe que de costumbre, vaticinó a Sánchez que «va a fracasar» porque el PSOE «es corresponsable de la carcoma» que corroe la democracia española desde «la mentira de la Transición modélica»; porque «va tarde»; y porque no tendrá «la valentía» de enfrentarse a «los poderes» arraigados en «el franquismo».

Pactos PSOE-PP

Podemos no olvida que la dejaran de lado y afirma que «la legislatura progresista está herida de muerte» tras el acuerdo de los dos grandes partidos para renovar el Poder Judicial

Esa demoledora descripción justificaría, según Nogueras, la aspiración de independizarse de una España que «empobrece» a Cataluña y la somete a «un maltrato estructural». Minutos después y tras denunciar el espionaje a miembros de Podemos por la 'policía patriótica' anidada en el ministerio de Jorge Fernández Díaz bajo el Gobierno del PP, Belarra puso el lacre al sobre con las advertencias dirigidas al presidente por quienes le sostienen en la Moncloa: «La legislatura progresista», proclamó, está «herida de muerte» tras el pacto sobre el CGPJ con el PP.

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El PNV fue, paradójicamente, el más templado en el tono pero el que introdujo la reconvención más novedosa -y puede que también más íntimamente dolorosa- al presidente. Aitor Esteban, que ironizó con que Sánchez acabó «cayéndose del caballo» tras su parón de cinco días, rompió este miércoles en la tribuna del Congreso el tabú por el que los aliados del Gobierno vienen absteniéndose de cuestionar el comportamiento de Begoña Gómez. «Hay cosas que simplemente no se deben hacer. No porque lo prohíba la ley, sino porque no se deben hacer», advirtió, en alusión a lo que los peneuvistas creen conductas impropias de la esposa de Sánchez más allá de su cariz penal o no.

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