![Sánchez esgrime que «no dormiría por la noche» de haber aceptado la coalición que quería Iglesias](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201909/19/media/cortadas/sanchez-coalicion-podemos-kJnC-U901928641374iB-1248x770@RC.jpg)
![Sánchez esgrime que «no dormiría por la noche» de haber aceptado la coalición que quería Iglesias](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201909/19/media/cortadas/sanchez-coalicion-podemos-kJnC-U901928641374iB-1248x770@RC.jpg)
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Nunca había sido tan crudo en su rechazo a la propuesta de coalición que durante cinco meses ha tratado de hacer prosperar Pablo Iglesias, pero apenas dos días después de que el Rey constatara que no había mimbres para presentar de nuevo candidato a la investidura y de que el propio Pedro Sánchez diera por finiquitado cualquier intento de negociación, el secretario general del PSOE se atrevió a tildar casi de peligro público a Unidas Podemos. «Yo habría sido un presidente del Gobierno -llegó a decir -que no dormiría por la noche, junto al 95% de los españoles».
El líder de los socialistas lleva ya varios días dando pistas de cuál será su principal mensaje de campaña para las elecciones del próximo 10 de noviembre y este jueves, en una entrevista en La Sexta, lo volvió a dejar claro. Su objetivo es justificar la repetición electoral y la incapacidad de su formación de alcanzar algún acuerdo que permitiera poner en marcha la legislatura con un doble argumento: el de que los demás nunca quisieron aceptar el resultado de los comicios y el de que él nunca ha estado dispuesto a ser jefe del Ejecutivo a cualquier precio. «He antepuesto el interés de España», adujo.
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En la primera pata de ese mensaje incidió ya, tras la reunión de la ejecutiva de su partido que este jueves puso activó ya el comité electoral, el secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos. «Siento que nos han usurpado la victoria electoral», acusó incluso a PP, Cs y UP. Eso, según él, será un instrumento movilizador del voto progresista; algo que no terminan de ver, sin embargo, muchos dirigentes y cuadros medios de la formación, preocupados por la abstención de la izquierda.
Con el mensaje de la estabilidad, Sánchez aspira, mientras, a ensanchar su base electoral hacia el centro. Este jueves no sólo incidió una y otra vez en la idea de que Podemos es una formación casi destructiva con frases como «hoy ya habríamos tenido la primera crisis por Cataluña» o «su experiencia en los ayuntamientos es francamente mejorable», sino que, a diferencia de lo que decía hace unos años, cuando luchaba por recuperar el liderazgo del PSOE, defendió que su partido está «donde siempre». «Es un partido socialdemócrata, la izquierda moderada y posibilista, que quiere mejorar la realidad social, política y económica del país», adujo.
El jefe del Ejecutivo en funciones, en todo caso, volvió a definir al partido de Iglesias como «socio preferente» pero siempre con la idea de alcanzar exclusivamente acuerdos de programa. Lo contrario, la coalición, según él, ya se ha demostrado «inviable» porque Pablo Iglesias sólo es capaz de concebirla, desde su óptica, como «dos Gobiernos en uno». Y sobre la posibilidad de un entendimiento con Ciudadanos, dejó claro que el problema está más en Rivera que en él. «Venía a acabar con los rojos y azules y ha demostrado que es azul, casi negro», ironizó.
Sánchez también hizo alusión, por otro lado, al eventual salto del gran enemigo de Iglesias, Íñigo Errejón, con su partido Más Madrid, al ámbito nacional (en principio se presenaría solo por esa comunidad y en el PSOE admiten que podría sacar hasta tres escaños). Aunque algunos consideran que su irrupción puede contribuir a fragmentar aún más el espacio de la izquierda y puede recibir el respaldo tanto de votantes Podemos como de socialistas, el presidente en funciones casi le dio la bienvenida y recordó que ya en el pasado el exnúmero dos de los morados se mostró dispuesto a permitir gobernar a su partido solo porque no lo hiciera la derecha, tanto en España como en la Comunidad de Madrid.
Los debates televisivos no jugaron precisamente a favor de Pedro Sánchez en la campaña electoral del 28 de abril,o eso indican las encuestas postelectorales. El secretario general del PSOE trató de reducir su participación a un solo encuentro para no asumir demasiados riesgos, pero finalmente se vio forzado a discutir con Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias en dos jornadas consecutivas, en TVE y Atresmedia. Ahora el PSOE cree que tiene aún más sentido que solo se haga un debate, que esta vez también incluirá a Vox, dado que la campaña durará ocho y no 15 días.
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