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El presidente de Junts, Carles Puigdemont, y el de ERC, Oriol Junqueras Efe

Puigdemont y Junqueras abren una «nueva etapa» para «recuperar la fuerza del independentismo»

Primera reunión entre los dos líderes del secesionismo tras su reelección al frente de Junts y ERC: al término, han salido juntos en un coche con la matrícula 1-O-2017, fecha del referéndum

Jueves, 16 de enero 2025, 11:56

El líder de Junts, Carles Puigdemont, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, se han reunido este jueves en Waterloo, en el que supone su primer encuentro desde que ambos fueron reelegidos máximos ejecutivos de sus partidos. Han acompañado en la cita, los números ... dos de los partidos, Jordi Turull y Elisenda Alamany.

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Tras años de distanciamiento, y hasta de enemistad entre ambos dirigentes, el resultado de la reunión ha escenificado el inicio de una «nueva etapa» en las relaciones entre ambos partidos y entre los dos líderes del secesionismo. En el encuentro de junio del año pasado, no hubo ni foto conjunta ni recibimientos a las puertas de la Casa de la República de Waterloo. Tampoco hubo un comunicado conjunto, como este jueves, prueba de que ambas partes tienen la voluntad de empezar a acercar posiciones y poner fin a años de enfrentamiento. A pesar de las «diferencias», reconocen que comparten un objetivo: el más urgente es tratar de reactivar el movimiento independentista. Al término de la reunión, Puigdemont y Junqueras han salido juntos. Se han metido en un coche con una matrícula llamativa: 1-O-2017, fecha del referéndum. Un guiño al pasado con aviso para navegantes.

Coche con la matrícula: 1-O-2017 EFE

En el comunicado conjunto, Junts y ERC han acordado «impulsar espacios de trabajo coordinado para debatir las cuestiones que afectan al futuro nacional y al progreso social de Cataluña en todos los ámbitos». No hablan de unidad estratégica, pero es el mayor intento de acercamiento entre ambos partidos en mucho tiempo.

Junts y ERC llevan años enfrentados. Cada uno va por libre en sus negociaciones con el Gobierno, pero por primera vez en mucho tiempo se muestran dispuestos a sumar esfuerzos, lo que aumenta su capacidad de presión, sobre todo con el Gobierno, que depende de los votos independentistas. Junts y ERC tienen la llave de la estabilidad del Gobierno, del Govern y del Ayuntamiento de Barcelona, tres instituciones en manos de los socialistas. No hablan de frente común, pero los dos líderes del secesionismo han exhibido cordialidad y coincidencia solo 24 horas antes de que el expresidente de la Generalitat reúna a la cúpula de Junts para responder a la decisión de la Mesa del Congreso, que este jueves ha evitado tumbar su propuesta de que Sánchez admita un debate sobre si debe someterse a una cuestión de confianza. Puigdemont tiene en sus manos el futuro de la legislatura española y este viernes fijará su posición, tras la cita con Junqueras.

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Las dos fuerzas nacionalistas mayoritarias de Cataluña se han conjurado a «iniciar una nueva etapa de relación que contribuya a recuperar la fuerza y la iniciativa del movimiento independentista». Esta es la parte más significativa del comunicado. Los dos partidos hablan de trabajar de forma coordinada para acabar con años y años de reproches y de cruce de declaraciones muy gruesas, que a la postre lo que ha provocado es el propio debilitamiento del nacionalismo. Ha perdido el Govern y la mayoría en el Parlament por primera vez desde 1984 y ha servido en bandeja la Generalitat al PSC.

Trabajar de forma coordinada implica también un avance hacia la unidad estratégica que tuvieron durante los años del 'procés' y que culminó con la celebración de un referéndum ilegal en 2017. Aún es pronto para calibrar las consecuencias del reencuentro entre postconvergentes y republicanos. Pero de alguna manera sientan las bases para estar preparados ante nuevos escenarios, si a medio plazo la derecha se acaba haciendo con el poder en España, lo que suele cohesionar al independentismo y apretar sus filas, ahora muy desanimadas y desorientadas, tras el colapso del 'procés' y la falta de unidad entre los partidos.

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La pérdida de la mayoría secesionista en el Parlament ha obligado a las dos partes a aparcar años de pugnas cainitas y a empezar a cambiar de estrategia, si no quieren permanecer en la oposición varias legislaturas. Puigdemont y Junqueras fueron los dos máximos protagonistas de los hechos de octubre de 2017. Amplios sectores del secesionismo les pidieron que se apartaran y dieran paso a una nueva generación política. No quisieron. Se mantienen al frente y en sus manos está el diseño de la estrategia del nacionalismo para la próxima década. En sus manos está articular una nueva propuesta que pueda seducir, como la de 2017, a miles de votantes. Con la reunión y el comunicado conjunto, dejan claro que lo que pueda pasar en los próximos años deberán hacerlo de forma coordinada.

Es un punto de inflexión, pues en su último encuentro, en junio de 2024, casi escenificaron un 'hasta aquí hemos llegado', ya que Puigdemont pidió a ERC que no apoyara la investidura de Illa y los republicanos se decantaron por dinamitar el bloque independentista en el Parlament y pactar con el PSC. El convulso congreso de Esquerra en el que Junqueras ha salido reelegido para otros cuatro años ha obligado al dirigente republicano a replantearse sus relaciones con los socialistas, sobre todo con el PSC.

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A día de hoy, sus estrategias en Madrid tienen puntos en común, como la ley de amnistía, el concierto económico o que ambos invistieron a Sánchez, pero también discrepancias. A Junts no le importa votar junto a la derecha en el Congreso- Y ERC se opone a la propuesta de cuestión de confianza a Sánchez. Pero los dos quieren aumentar su distancias respecto a los socialistas: Junts pone en peligro los Presupuestos Generales del Estado y ERC hace lo propio con las Cuentas de la Generalitat.

La reunión, a pesar del silencio de Junts, que no quiso informar de la cita, y de que Junqueras la haya enmarcado en una ronda con diferentes formaciones, tiene su relevancia, toda vez que se ha producido en plena crisis entre el PSOE y Junts, con la estabilidad de la legislatura española en juego, y cuando los dos partidos han girado sus estrategias y han iniciado un distanciamiento de los socialistas. Junts, en el caso del PSOE y el Gobierno central, y el PSC y el Govern, por lo que respecta a los republicanos.

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Puigdemont y Turull han recibido a Junqueras y Alamany a la entrada de la Casa de la República, en Waterloo, con gesto cordial y un breve intercambio de saludos, poco después de las 10 de la mañana. La reunión ha durado en torno a dos horas y media largas.

«Compartimos muchas cosas», ha señalado el líder republicano antes del encuentro. «Tenemos la voluntad de tener una relación fluida» y «las mejores relaciones posibles con el conjunto de los agentes sociales, políticos y económicos», «en beneficio de Cataluña y el conjunto de la sociedad», ha rematado. Junqueras se opone a la cuestión de confianza que exige Junts a Pedro Sánchez. No obstante, el dirigente republicano, ha tratado de no verbalizar sus diferencias en público con Carles Puigdemont. «Ustedes saben cuál es nuestra posición porque hemos tenido ocasión de explicarla en muchas ocasiones y no añadiremos nada nuevo», ha asegurado..

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