El movimiento antisecesión se reactiva ahora también contra el Gobierno

La plataforma civil nació en 2014, al calor del 'procés'. Esta entidad surgió como réplica a la entonces todopoderosa ANC. Ha tratado de mantener una posición independiente respecto a los partidos, pero no siempre lo ha conseguido. El 8 de octubre de 2017 reunió a un millón de personas. Fue la mayor exhibición de fuerza del no soberanismo en Cataluña hasta la fecha. Por primera vez, el constitucionalismo salió de manera masiva a la calle. Algunos calificaron el 8-O como el día en que asomó la mayoría silenciosa. El 29 de octubre, dos después de la DUI, SCC volvió a reunir a miles de personas con la fotografía conjunta de Miquel Iceta, Inés Arrimadas y Xavier García Albiol. Esa imagen hoy es imposible.

El PSC ha cogido el testigo de Ciudadanos como primera fuerza del Parlamento catalán. Inés Arrimadas ganó en 2017 con 36 escaños. Salvador Illa venció en 2021 con 33 diputados. Los socialistas han llamado a sus bases a no acudir hoy a la protesta, «no es el momento de las manifestaciones», dijo Illa, que estuvo presente en la protesta de SCC de hace seis años. El PSC formó parte del bloque constitucionalista en octubre de 2017. Los socialistas apoyaron (Montilla como senador, no) la aplicación del 155 y participaron en todas las protestas contra el 'procés'. Pero en el PSC creen que se ha acabado la etapa de los bloques. Es la hora de la concordia y el reencuentro, aseguran para justificar la amnistía. Los de Illa han apoyado los Presupuestos del Govern y han aprobado leyes de defensa del catalán, junto a los nacionalistas. En las generales, obtuvieron 19 escaños, más que la suma de ERC y Junts (14).

El hundimiento de Ciudadanos y el acercamiento táctico de los socialistas a los independentistas ha dado un vuelco al campo constitucionalista. El PP aspira a cubrir ese hueco. Pero los populares en Cataluña parten de una posición de clara desventaja. A día de hoy, el PP cuenta solo con 3 diputados en la Cámara autonómica (sobre un total de 135). En las pasadas elecciones generales y en las municipales, no obstante, el partido inició un cambio de tendencia al alza. En los comicios para el Congreso, el PP pasó de dos escaños catalanes a seis, el triple. Los populares superaron en votos a ERC y Junts. En las municipales, avanzaron de 108.000 votos a 247.000. Y obtuvieron la mayoría absluta en Badalona y casi en Castelldefels. Sin embargo, el PP catalán está en una profunda crisis interna. Su presidente regional, Alejandro Fernández, se ha enfrentado a Alberto Núñez Feijóo y se da por hecho que la dirección nacional intentará su cese en un próximo congreso. Fernández es partidario de no pactar con los nacionalistas, mientras que Feijóo busca un perfil con el que pueda retomar el diálogo con el soberanismo conservador, como ocurrió en el pasado con Mas y Pujol.

La extrema derecha irrumpió con fuerza en la Cámara catalana en 2021, con 11 escaños. Batió claramente a PP (3) y Ciudadanos (6). Pero ese resultado ya no tuvo continuidad. En las generales, los de Abascal obtuvieron 2 diputados, igual que en 2019, pero lejos de los seis del PP. La formación está en crisis en toda España. En Cataluña, espera que el PP se aproxime a Junts para presentarse como la única formación que no pacta con soberanistas.

El partido nació en Cataluña y en la comunidad catalana mantiene aún representación, con seis escaños. Muy lejos de los mejores tiempos de Inés Arrimadas, cuando en 2017 consiguió ser la fuerza más votada.