Parece un método rudimentario pero es efectivo. El detenido primero envolvía los móviles robados en papel de aluminio. Además para asegurarse que no se podían rastrear donde estaban los móviles, los guardaba en cajas de cartón también forradas y así centenares de terminales y tabletas de gama alta. El siguiente paso, para conseguir desbloquearlos era sentarse delante de su ordenador y crearse cuentas falsas en wasap. Llegaba a poner de foto de perfil a madres con hijas para dar mayor credibilidad. Accedía a la aplicación de emergencia del teléfono robado y se ponía en contacto con sus víctimas. Después les decía que iban a quedar en una tienda de telefonía para devolverles su móvil. Pero nunca acudía a esa cita. El teléfono viajaba a marruecos donde los vendía libres por centenares. El valor de todos estos móviles supera los 150.000 euros.
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