La Mesa del Congreso dibuja un hemiciclo que penaliza la mayoría del PP

Los de Alberto Núñez Feijóo , que se abstuvieron en la votación de la Mesa, consideran que el órgano rector del Congreso les «arrincona» con este dibujo ya que envía a una veintena de sus diputados al gallinero, es decir, a las filas más elevadas y, al mismo tiempo, la más alejadas del foco mediático. El PP defiende que le correspondería ocupar toda la bancada de la derecha y no disgregarse en altura, como sucede con este reparto, ya que la imagen de los plenos y sesiones de control al Gobierno que se verá en televisión será muy similar a la mostrada en la legislatura pasada, cuando obtuvieron 47 diputados menos.

Los populares consideran el reparto «un disparate» que no se basa en los resultados electorales sino, explican fuentes del grupo parlamentario a este periódico, «en el albur de los deseos». «Con el reparto se rompe un acuerdo no escrito en esta casa de equilibrio y objetividad», añaden, al mismo tiempo que lamentan que, «si las mayorías deben respetar a las minorías, las minorías también deberían respetar a las mayorías», en referencia a la ubicación privilegiada que han obtenido otras formaciones con muchos menos escaños.

Desde el Congreso, por su parte, subrayan que se han respetado los criterios históricos de distribuir a las principales formaciones según su ideología (izquierda-derecha) y permitiendo a los portavoces de todos los grupos cercanía a la tribuna de oradores, buena visibilidad y acceso directo a los pasillos.

De hecho, Vox, en este juego de las sillas, logra situar a sus primeros espadas en la primera fila del hemiciclo. Allí se sentarán el líder del partido, Santiago Abascal, y la nueva portavoz parlamentaria de la formación, Pepa Millán, entre otros dirigentes de la formación. Pero estarán aislado, ya que más de la mitad de los parlamentarios del grupo se encuentran disgregados entre la cuarta y la séptima fila de la sección central del hemiciclo.

El PSOE, en cambio, hace valer su mayoría en la Mesa y monopolizará la bancada situada a la izquierda –salvo los tres escaños del grupo Mixto(BNG, Coalición Canaria y UPN) y los siete de Junts–, la que le ha correspondido tradicionalmente. Los escaños socialistas hacen frontera con los de sus aliados de Sumar y se solapan incluso con un diputado de Vox.

El PNV mantiene un lugar privilegiado y sus cinco parlamentarios se sentarán entre la primera y la segunda fila de la sección central del hemiciclo, con su portavoz, Aitor Esteban, a la cabeza. Detrás de ellos se ubicarán los parlamentarios de Esquerra, con Gabriel Rufián como rostro principal. Sus asientos dibujan, además, un bloque y no una fila, una configuración que facilita la labor parlamentaria.

El caso de Sumar es paradigmático. Los de Yolanda Díaz ocupan también las primeras filas de la bancada central, pero tienen a dos diputados separados del resto entre los asientos de Vox y PSOE. Con siete partidos dentro el grupo parlamentario, tendrán que buscar otro equilibrio para repartir sus propios asientos.