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Junts y ERC pactan no investir a Sánchez si no avanza hacia el referéndum

Los independentistas cierran una resolución de mínimos en el Parlamento para no evidenciar su cisma y presionar al presidente

Cristian Reino

Jueves, 28 de septiembre 2023, 18:25

El independentismo han elevado la presión sobre Pedro Sánchez, pocas horas después de que el presidente del Gobierno en funciones diera por hecha su investidura en «poco tiempo». Casi sobre la bocina y cuando ya parecía que los puentes entre los nacionalistas saltaban por los ... aires, los secesionistas han acordado sendas mociones conjuntas en torno a la amnistía y la autodeterminación. El debate de política general del Parlamento catalán concluye mañana con la votación de las propuestas de resolución, que son las conclusiones del pleno. Una de ellas va directamente dirigida a Pedro Sánchez y condiciona su elección. Según el texto acordado entre ERC y Junts (la CUP se desmarcó), «el Parlamento catalán se pronuncia a favor de que las fuerzas políticas con representación en el Congreso no den apoyo a una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum».

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La moción viene a expresar más o menos lo que el presidente de la Generalitat exigió a Sánchez en el inicio del debate: que se comprometa a pactar antes de 2027 las condiciones para realizar un referéndum. Lo relevante es que por primera vez, desde el 23-J, ERC y Junts se han puesto de acuerdo para sumar fuerzas en la negociación para la investidura. Es una declaración simbólica y sin efecto jurídico, pero sitúa la exigencia de las conversaciones entre los socialistas y los independentistas en el referéndum, lo que complica la situación a Pedro Sánchez que en su comparecencia desde Nueva York puso el foco en la amnistía, sin citarla.

En el caso de la resolución sobre la amnistía, que saldrá adelante porque cuenta ya con el aval de ERC, Junts y la CUP, la moción «defiende la necesidad de una ley de amnistía para dejar sin efecto aquello que se había tipificado como infracción penal o administrativa en relación a la defensa del ejercicio del derecho a la autodeterminación». Insta además al Govern y las instituciones catalanas a sumarse al «esfuerzo colectivo para la aprobación de esta ley» y a hacer un «seguimiento proactivo de su aplicación de forma inmediata a su aprobación».

El texto parte de la proposición de ley que en 2020 los independentistas trataron de tramitar en el Congreso pero la Mesa lo impidió. Era una proposición de ley orgánica de «amnistía y de resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado». Según la moción de ERC y Junts, en la tramitación de la ley se realizarán las «acciones necesarias para que se incluyan todas las personas represaliadas por motivos políticos en esta causa y en defensa de derechos y libertades en el contexto de conflicto social y político con el Estado español».

Se marcan tan de cerca, que ERC y Junts necesitan días para acordar una resolución parlamentaria conjunta a favor de la amnistía y la autodeterminación. Ambos están de acuerdo en que el Estado debe amnistiar a los encausados del 'procés' y en que Cataluña celebre un referéndum sobre la independencia. Pero hasta ahí llegan las coincidencias. Ni están de acuerdo en quién debe liderar las negociaciones para lograr una amnistía ni quién debe pilotar la resolución del conflicto. Pugnan por la hegemonía del soberanismo y libran desde hace años una guerra fraticida, que se ha traslado a las conversaciones para la investidura de Pedro Sánchez.

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Cada uno negocia por su cuenta su propia amnistía. La labor de los socialistas, según admiten en fuentes independentistas, será cerrar un acuerdo con los dos, por separado, y luego hacer una síntesis con las dos leyes de amnistía que se hayan pactado. Un método enrevesado, que es consecuencia de que ERC y Junts no han sido capaces hasta ahora de trazar una estrategia común. Hasta hace bien poco, era Junts quien defendía el frente unitario en Madrid. Ahora es ERC. Puigdemont no quiere porque quiere llevarse todos los méritos de la negociación, si acaba en acuerdo.

Días atrás, Esquerra mantenía que la amnistía había que darla por descontada, que solo quedaban cuestiones técnicas que pactar y que ya circulaban documentos de una y otra parte. Puigdemont se desmarcó y dijo que no se sentía «concernido» por las palabras de los republicanos. «No me siento concernido por lo que ERC diga, pacte o deje de pactar. No tiene nada que ver lo que hace ERC con lo que hacemos nosotros», avisó. De momento, dos negociaciones en paralelo que son compartimentos estanco. La división es tal que ERC y Junts solo han sido capaces de consensuar una propuesta de resolución conjunta de mínimos como conclusión del debate de política general del Parlamento catalán. Cuando parecía que cada partido presentan su propia moción sobre la amnistía, pero está por ver si alguna sale adelante en la votación.

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De momento, ya se sabe que el PSC no apoyará ninguna de ellas. Fuentes socialistas han confirmado que no solo no apoyarán estas mociones sino que votarán en contra. Se especulaba con que los socialistas podían al menos abstenerse como un gesto hacia los nacionalistas en plenas negociaciones para la investidura. Fuentes de Junts, en cualquier caso, restan importancia a lo que vote el PSC, toda vez que los de Puigdemont aseguran que con quien tratan de forma directa es con el PSOE y que los socialistas catalanes, en esta partida, pintan más bien poco. Oriol Junqueras, en cambio, le dio más importancia y a su juicio el no del PSC obstaculiza la investidura. Los independentistas también forzarán una votación similar en el Ayuntamiento de Barcelona.

La votación en el Parlament se producirá a la misma hora en la que en el Congreso concluirá el segundo intento de Alberto Núñez Feijóo de salir elegido presidente del Gobierno. La votación de las resoluciones del debate de política general fija la posición de la Cámara catalana en el inicio del curso político. Junts rechaza que sea el Govern quien pilote las negociaciones con Madrid. Los postconvergentes niegan toda la legitimidad al presidente de la Generalitat, al que ya le piden que anticipe las elecciones catalanas, y creen que quien debe acaparar todo el protagonismo son los partidos, un eufemismo para decir que es Puigdemont quien tiene la llave. Esquerra trata de que el expresidente no se lleve todos los focos, pero no lo está consiguiendo. Por esta razón, en los últimos días, los republicanos han elevado el precio de la investidura. Presionan a Sánchez. Oriol Junqueras advirtió ayer desde las puertas del Congreso que el apoyo de Esquerra no puede darse por hecho. «Absolutamente no», afirmó el presidente de la formación independentista. ERC apremia al PSOE con la ley de amnistía y no renuncia ni al relator ni a lograr avances en la autodeterminación.

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