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Podemos descarta romper aunque el PSOE inicie por su cuenta la reforma del 'sí es sí''

Irene Montero alega que la coalición es una «conquista de los sectores populares» y que no dará la batalla por perdida hasta que el Congreso decida

Paula de las Heras | Ander Azpiroz

Viernes, 3 de febrero 2023

La situación es extremadamente delicada. Más que nunca en el seno de la coalición de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos. Pero Irene Montero dejó ayer claro que no contempla una ruptura. Al menos, no en el plazo inmediato. La ministra de Igualdad admitió que ... la «discrepancia» interna sobre la reforma de su ley estrella, la del 'solo sí es sí', es «muy fuerte» y evidenció las dificultades para alcanzar un acuerdo con los socialistas. Si este no llega en los próximos días, los socialistas, por orden de Pedro Sánchez, registrarán en solitario una proposición de ley para modificar la norma, después de las 380 rebajas de condena a agresores sexuales que ya se han producido tras su entrada en vigor. El paso, ante el que el propio PSOE ha demostrado sentir cierto vértigo, tendría suficiente entidad como para provocar una sacudida en el Ejecutivo. Sin embargo, Montero insistió en relativizar sus consecuencias.

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La dirigente de Podemos recordó en Rne que no es la primera vez que su partido y los socialistas chocan en algún asunto y que se ven abocados a dirimir sus diferencias en el propio Parlamento tras haber fracasado los intentos de hacerlo internamente. Ocurrió con la la ley 'trans' y está ocurriendo con la ley de vivienda o la de bienestar animal, entre otras. La diferencia, en este caso, es que se trata de la rectificación de una norma ya aprobada y, además, especialmente simbólica, pero Montero obvió ese matiz. «Este Gobierno es una conquista de los sectores populares, también del movimiento feminista y también de la militancia de Podemos y aquí vamos a seguir empujando cada cambio. Y si las diferencias se trasladan al Parlamento –subrayó poco antes de descartar su dimisión– yo seguiré peleando porque el consentimiento esté en el centro del Código Penal y porque los votos del PP no ayuden a nadie a volver al modelo (anterior)».

En Podemos sostienen que, en realidad, no se colocan en ese escenario y que seguirán trabajando noche y día por el acuerdo. En el ala socialista del Gobierno dicen lo mismo pero advierten: «no vamos a dejar que esto se alargue 'sine die'». Podría llegarse al lunes, dicen otras fuentes, pero «no mucho más allá». La idea inicial era intentar dejar la cuestión resuelta esta misma semana. Aun así, Sánchez accedió a alargar la negociación ante lo alejado de los planteamientos del Ministerio de Justicia –que aboga por dejar las penas como están en el tipo general pero introducir en cada tipo de agresión una pena más alta, similar a las que había antes de la actual ley, en caso de «violencia o intimidación»– e Igualdad, que pese a insistir en que la norma está bien como está ha accedido a hacer cambios siempre que no se desvíe, desde su punto de vista, el foco de si hubo o no consentimiento.

Ambas partes admitían que las conversaciones no parecían ir todavía ayer por el buen camino. Los socialistas defienden que su propuesta es la más rigurosa desde el punto de vista técnico y que no toca el artículo 178.1 del Código Penal, en el que se explicita qué cabe entender como consentimiento. Pero Igualdad replica que con eso no basta y que recuperar la «violencia e intimidación» como agravantes retrotraería al esquema previo (el de la sentencia de 'La manada') que sometía a las mujeres al «calvario probatorio» de tener que demostrar que se habían resistido «con las marcas en su cuerpo».

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El equipo de Montero asegura haber planteado ya hasta seis alternativas de reforma que implicarían subir las penas mínimas pero mantener el «corazón» de la ley. «Yo quiero preservar la unidad como Gobierno pero desde luego el consentimiento no se puede tocar; esta ofensiva no se puede saldar con la vuelta al esquema de violencia e intimidación», insistió ayer la ministra.

Agresividad

El discurso de la unidad choca con lo duro de las críticas vertidas por Podemos y su entorno contra los socialistas por su decisión de cambiar la ley. Los morados han llegado a decir que a Sánchez «le tiemblan las piernas» frente a las presiones de los conservadores y el exvicepresidente y exsecretario de la formación, Pablo Iglesias (sin cargo alguno en la organización pero aún muy vinculado a ella) lo acusó el lunes en la Ser de estar dispuesto a «acabar» con la ley y «traicionar» a las mujeres que con sus protestas la impulsaron. «Si Pedro Sánchez pacta esto con el PP, lo pagará», advirtió incluso.

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La agresividad que, a cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales, están mostrando los morados hacia el partido con el que gobiernan no solo se limita, además, al 'sí es sí', en cuya defensa ha organizado este domingo un acto. La secretaria general, Ione Belarra, acusó a Sánchez de actuar «contra el derecho internacional» y la «voluntad popular de España» respecto al Sáhara Occidental un día después de la visita del presidente del Gobierno a Rabat . Y la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, compartió en su cuenta de Twitter, y luego eliminó, un vídeo crítico con la decisión del PSOE de sacar a los perros de caza de la ley de bienestar animal en el que la cara de Santiago Abascal se transforma en la del jefe del Ejecutivo.

Los socialistas se resisten a creer aun así que Podemos esté tratando de forzar su salida del Gobierno. «Es atrezzo pero no lo contemplo en ningún caso» apunta una ministra. «Se trata –apunta otro– de su forma de negociar».

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