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El Gobierno afronta este miércoles la enésima prueba de fuego de la legislatura con la convalidación de los últimos tres decretos que aprobó antes de final de año el Consejo de Ministros. La novedad ahora es que Moncloa se enfrenta a la fractura con sus ... socios, a las amenazas de Junts de romper con toda negociación y a la necesidad de apoyarse en el PP para evitar una triple derrota. Un cóctel parlamentario que desarmará y dará la vuelta al sistema de alianzas bajo las que hasta ahora se maniobraba en el hemiciclo.
En concreto, los tres decretos en la picota serán el que prevé el establecimiento de un gravamen temporal energético durante el año 2025, una medida que ya iba en la reforma fiscal pero que tumbaron PNV, Junts y PP, partidos que, por ahora, no han cambiado de opinión. Los de Alberto Núñez Feijóo, en cambio, sí han anunciado el respaldo al decreto que recoge la compatibilidad de la pensión de jubilación con el trabajo. Una medida muy criticada por socios como EHBildu o Podemos, que ya han anunciado su voto en contra, al considerar que «empuja a quienes tienen pensiones más bajas a alargar su edad de jubilación para complementarla».
ERC, por su parte, ya comentó que no era partidaria, inicialmente, de la propuesta, pero aseguran que la estudiarán hasta el miércoles, cuando deban fijar postura en el debate correspondiente. En Sumar, cuyo grupo parlamentario está formado por más de media docena de partidos, la cuestión ha abierto un debate interno. Este lunes, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, deslizó su apoyo a la misma al tratarse, justificó, «de un acuerdo que surge del diálogo social». «Sumar respeta el diálogo social», zanjó el también portavoz de Movimiento Sumar. Las dudas vienen principalmente por parte de Izquierda Unida y Compromís, que continúan «hablando aún con varios interlocutores vinculados al acuerdo sobre algunos aspectos concretos» de la norma para tomar su decisión definitiva.
En todo caso, el grupo parlamentario al completo fijará una decisión para votar al unísono y evitar dar otra imagen de ruptura, como explicaba este lunes Urtasun. Todo mientras la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no se ha pronunciado aún sobre el contenido de este decreto.
Para Podemos, sin embargo, la entente PSOEPP supone «un giro a la derecha en la legislatura». La coportavoz de los morados, María Teresa Pérez, advirtió este lunes en rueda de prensa que ya «da igual» que haya o no nuevos Presupuestos Generales del Estado o si Junts los apoya o no, porque, afirmó, «quien va a tumbar la legislatura será el PSOE si mantiene su inacción». Para la formación que dirige Ione Belarra, este decreto supone «un acuerdo bipartidista» que implicará, insistió, «retrasar la edad de jubilación para poder tener pensiones dignas».
Tras enfatizar que Podemos va a votar en contra, Pérez advirtió al PSOEde que los suyos va a «exigir hasta el final» el cumplimiento de los acuerdo. Un aviso que finalizó con un dardo al presidente del Gobierno.«Nos equivocamos, el cachorrito de Repsol no es Aitor Esteban, sino Pedro Sánchez», dijo en relación a las dificultades con las que contará la prórroga del tributo a las energéticas para salir adelante este miércoles.
El tercer decreto en discordia incluye medidas de económicas, tributarias y de Seguridad Social urgentes. Entre ellas, la prórroga hasta junio de las ayudas al transporte que Podemos arrancó al Gobierno en diciembre a cambio de su apoyo a favor de la Ley de Eficiencia de la Justicia del ministroFélix Bolaños, que se jugaba una de sus medidas estrella.También una subida de las pensiones del 2,8% para 2025 o el mantenimiento de las deducciones de IRPF en materia energética y por la compra de vehículos eléctricos.
En este caso, es la amenaza de los de Carles Puigdemont la que mantiene este decreto onmnibús en vilo. Junts rompió la semana pasada negociaciones con elGobierno hasta que la Mesa del Congreso, en la que PSOEy Sumar tienen mayoría, diera luz verde a su proposición no de ley que insta a Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. La iniciativa no resultaría obligatoria para el presidente del Gobierno, pero sí evidenciaría la debilidad parlamentaria de la que el Ejecutivo adolece en el Congreso. Por ahora, se ha prorrogado en dos ocasiones pese a tener el aval de los letrados de la Cámara baja, mientras los socios de coalición intentan calmar a los posconvergentes.
Por tanto, el pleno de este miércoles será una exhibición de geometría variable con un denominador común:que los siete votos de Junts resultan ser, finalmente, los decisivos en la liza mientras los aliados del Gobierno alimentan aún más los recelos. Sobre todo, cuando Moncloa sacará adelante el decreto de la jubilación de la mano del PP.
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