Sistema ligero de lanzamisiles Himars en un blindado de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, exhibido en Feindef, esta semana. Óscar Chamorro

Así es una feria de armas: misiles y tanques para una nueva guerra fría

Aprendida la lección de la invasión de Ucrania, el mercado bélico alardea de buena salud, con armamentos de alta tecnología para hacer frente a amenazas cada vez más disruptivas

Sábado, 20 de mayo 2023, 13:01

En la mira de cuatro misiles Spike, capaces de destruir acorazados a 52 kilómetros de distancia si se disparan desde un helicóptero, varios militares de alta graduación del Ejército de Tierra español anunciaban que sólo esperaban el «banderazo de salida» por parte del Consejo de ... Ministros para la adquisición por 280 millones de euros del misil LR2, fabricado por Pap Tecnos. Este modelo, el tercero en tamaño y potencia de la familia Spike, es un «pilar fundamental» en la «modernización» de esta rama de las Fuerzas Armadas, manifestaba el general Fernando García y García de las Hijas en el stand del fabricante en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España, que se celebró esta semana en Madrid.

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Los Spike, con forma de fósforo blanco con cabeza negra que despliega dos juegos de alerones en el lanzamiento, son los candidatos a sustituir a los Tow actuales. El reemplazo de armamento para adquirir las últimas generaciones tecnológicas de los pertrechos de las guerras modernas están encima de la mesa, y en esta gigantesca reunión de medio millar de proveedores con sus clientes, los responsables de la «misión transformadora» de los ejércitos españoles barajan posibilidades.

La invasión de Ucrania ha sacudido el tablero internacional y las piezas se reacomodan al escenario bélico actual, en el que todo país se siente amenazado y las películas de guerra inspiran los vídeos promocionales, como el de estos misiles cuyo lema es la «letalidad más allá de la línea de vista». En cámara lenta se observa desde el despegue hasta los efectos de su impacto. Pum, pum, ¡pum! «Es el misil contracarro más avanzado del mundo», explicaba el coronel Manuel de Hoyos, jefe del programa con estas «unidades ligeras» que irían en las torres de los vehículos de combate, los helicópteros Tigre –«uno de los vectores de ataque más importantes»– y las manos de la infantería.

El aire festivo de la inminente contratación se vivía también algo más allá, en el stand de Santa Bárbara Systems, en una unión de «militares y tecnólogos», decía uno de los que alzaba su copa de vino blanco tras la presentación de dos nuevos tipos de vehículos blindados sobre orugas Ascod, un tanque ligero y un blindado de recuperación.

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Entre drones, vehículos de combate, androides, misiles, lanchas, torpedos, chalecos antibala, miras telescópicas, munición de todos los tamaños, hélices, cuchillos, bayonetas, tiendas de campaña con sus equipaciones, GPS, microchips, mechas y cables, a un neófito le queda claro que lo único que no cambia con una tecnología cada vez más diminuta y mortal es el color verde soldado de la mayoría de productos. El precio también evoluciona. La «financiación comprometida» para armas por parte del Ministerio de Industria y Comercio es de 18.829 millones de euros. La gran partida se destina a los cazas Eurofighter (4,4 mil millones), las fragatas F100, F105 y F110 (4,3 mil millones), submarinos S80 (2,1 mil millones) y los carros Leopardo (1,6 mil millones). Aire, mar y tierra renovados.

En el tablón de ofertas, aún sin una orden de compra, están los F-35 norteamericanos y que en otros países europeos comienzan a sustituir a los modelos anteriores de esta serie de cazas y a los obsoletos MIG soviéticos. España quiere dar de baja los Harrier de aterrizaje vertical para los portaviones y los F-18. Estos nuevos artefactos, que los expertos dicen que representan una «quinta generación» de aviones, marcan lo que será un futuro que llega muy pronto.

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«Estamos trabajando para revolucionar la relación hombre-máquina a través de inversiones en sistemas que pueden ser tripulados o no tripulados. Eso marcará el comienzo de una nueva era de capacidad de misión autónoma y permitirá que los sistemas vayan más lejos, operen por más tiempo y tengan éxito en condiciones duras y peligrosas», afirma Jonathan Hoyle, director ejecutivo para Europa de Lockheed Martin, el desarrollador de los F-35 y de los helicópteros antisubmarino MH60 Romeo, que en abril encargó la Armada.

El contrato contempla la adquisición de ocho aparatos, por 100 millones de euros cada unidad. Uno de ellos se exhibió en la feria, con sistemas y sensores para detectar cuanto ocurra en la superficie y el subsuelo, indica el proveedor. «Como en todos los demás negocios, la inversión en la comprensión de las amenazas emergentes y en el desarrollo de sistemas escalables tiene un retorno a través de las ventas y el mantenimiento de productos, que a menudo se brinda en asociación con la industria regional», responde Hoyle. «Por ejemplo, aquí en España respaldará la vida útil del Romeo».

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Zonas grises y emergentes

Ante el aumento de gasto militar, que la Agencia Europea de Defensa (EDA, por sus siglas en inglés) calcula en un 7% más, los socios han comenzado «negociaciones con la industria», asegura Emilio Fajardo, director de Industrias y Sinergias de EDA, sobre todo para asegurar la independencia industrial para la munición de menos de 25 mm. «Debemos retener las capacidades críticas en Europa y preguntarnos cuál será la siguiente crisis».

La OTAN se plantea el 'fast track' para el 're-stock' del armamento gastado en Ucrania, «mientras hacemos nuestros presupuestos», dice Stacy Cummings, gerente general de la Agencia de Adquisición y Apoyo de los aliados atlánticos. «Corremos el riesgo de competir entre nosotros al comprar una nueva generación de sistemas de defensa. La cooperación será crucial para conseguir unos precios más bajos y para tener los mismos equipos y sistemas conjuntos».

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Al margen de las decisiones de la OTAN, el horizonte que otean los militares españoles está en 2035. «El poder militar era para operaciones de mantenimiento y seguridad, y ahora su principal cometido es la disuasión creíble y la defensa efectiva», explicaba el almirante Teodoro López Calderón, jefe del Estado Mayor de la Defensa, en su ponencia 'Desafíos para la industria de defensa en el contexto actual'.

Ó. Chamorro

Se genera ahora un «potente ciclo inversor» porque «estamos en una incierta Guerra Fría», prosigue el Jemad. «Ya hay a diario acciones híbridas en zonas grises para imponer por la fuerza intereses alejados de los principios democráticos y los derechos individuales». Estas incursiones se basan, expone el Jemad, en las «tecnologías disruptivas», un concepto amenazante que ha planeado como un dron por encima del recinto ferial. Se trata de equipos «fáciles de obtener, ampliados al ciberespacio y al dominio cognitivo».

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Este tipo de técnicas «van a cambiar las formas de actuación de los ejércitos pero con componentes éticos y legales», advierte el general de división Enrique Campo Loarte, subdirector de Planificación, Tecnología e Innovación en el Ministerio de Defensa. «Pero están disponibles también para los adversarios, como la inteligencia artificial y la biotecnología. Ellos podrían sacar ventaja con una sorpresa estratégica difícil de contrarrestar. Lo emergente causa la disrupción pero también el uso innovador de tecnología existente, como hemos visto en Ucrania». Por ejemplo, el uso de bombas improvisadas o de drones comerciales armados de cualquier manera para causar bajas a los enemigos.

Alta intensidad

Entre esas tecnologías que encuentran novedosas inserciones en el mundo militar está la fotónica, también presente en los 'stand' más modestos y sin el atractivo de las gigantescas máquinas de destrucción. «La fotónica es disruptiva por su uso en Defensa y Espacio pero con componentes que tienen la madurez suficiente para hacer aplicaciones comerciales», expone Javier Martí, catedrático de Fotónica en la Universidad Politécnica de Valencia, durante la mesa redonda 'Tecnologías disruptivas para la defensa del futuro'. «La guerra electrónica está cerca», anunció, y hay menos lugares donde esconderse, para bien y para mal, con esta tecnología aplicada en los radares. «Tiene ventaja frente al camuflaje y la furtividad».

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Mañanas de encuentros y apretones de manos entre viejos conocidos del sector, en los pasillos franqueados por el blindado Cervus III, los Vac (vehículo de apoyo a cadena), el remolcador Uro con su cañón, los temibles drones MQ9A Reaper, el sumergible Sead 23 o el helicóptero G-Pumb. «Han vendido esta calabaza de diez años», se queja un ejecutivo que prefiere no identificarse. «Le han metido pantallas nuevas, nada más. Hay pedidos que tardan mucho tiempo».

En las reuniones con proveedores de armas, el jefe del Estado Mayor de la Defensa español pide tres cosas, según dice: conseguir que las capacidades existentes están alistadas para el combate de alta intensidad, tecnología de simulación y realidad virtual para la instrucción de personal y combate en la nube, y sinergias con la industria civil y espacial.

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«Por la intensidad y duración de la guerra de Ucrania, las fuerzas armadas no pueden ser pequeñas fuerzas expedicionarias», medita el Jemad, quien pide relajar las licitaciones para mejorar la rapidez de compra. «Se requiere cierta masa y 'stock' de munición y repuestos. La superioridad tecnológica es necesaria pero no suficiente».

Aunque la guerra sigue siendo también cosa de espías y soldados –carne de cañón en zonas como Bajmut–, en la feria no se promocionaba ninguna empresa de los «perros de la guerra», como llamó el novelista Frederick Forsyth a los mercenarios que tan protagonistas han sido en la frontera este europea.

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Ataques cuánticos y combates espaciales

¿Qué gran lección sacan los vendedores y compradores de armamento a 4.400 kilómetros de distancia? Gana quien tiene mejor interconexión con sus puestos de mandos y sus aliados. Las comunicaciones y su encriptado es un gran campo de batalla. Se investiga (y se compra y se vende) en el 'big data' y la analítica avanzada, y se sueña con la computación cuántica, cuyas aplicaciones apenas se sospechan. «Un ordenador cuántico puede ser miles de veces más rápido. Permitirá romper claves y también crearlas», vaticina Enrique Sánchez, coordinador en Bruselas de Quantum Flagship, la iniciativa de investigación cuántica de la Unión Europea, que tiene entre sus funciones asegurar la infraestructura del sistema de satélites Galileo. Las batallas también son espaciales.

El que llegue primero a desarrollar el universo cuántico tendrá el dominio para proteger y atacar los sistemas de intercambio de información masiva. Es una enseñanza de la IIGuerra Mundial, cuando se descifró la máquina Enigma nazi. Ya es «real» el desarrollo de metasuperficies para camuflajes o los «gravímeros cuánticos», que miden el campo gravitatorio terrestre con acelerómetros, para captar los movimientos de masa sobre la superficie y por debajo. Pueden detectar así desde túneles hasta movimientos magmáticos.

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