Díaz Ayuso arrasa en Madrid y Aragonès alcanza la Generalitat

Frente a Ayuso, el PSOE de Ángel Gabilondo se desplomó, registró el peor resultado de su historia y se vio superado por Más Madrid de Mónica García, convertido en el segundo partido de la comunidad con 24 diputados, igual que los socialistas pero con más votos. Ello llevó a Gabilondo a renunciar y no recoger siquiera su acta de diputado.

El resultado de Unidas Podemos (10 diputados), similar a comicios anteriores pese al supuesto tirón de Pablo Iglesias como candidato, supuso para el podemita un viaje del cielo del Gobierno al infierno del abandono. El exvicepresidente diagnosticó en la misma noche electoral que su presencia, más que sumar, restaba. «No soy una figura política que pueda contribuir a mi partido», reconoció. Y desapareció, no sin antes dejar atados los nuevos liderazgos, con Yolanda Díaz a la cabeza de UP y futura candidata electoral e Ione Belarra al frente de Podemos.

La campaña electoral se había emponzoñado después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el propio Pablo Iglesias y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, recibieran sendas cartas con amenazas de muerte en las que se incluían balas del calibre 7.62. También se identificó a un vecino de El Escorial con problemas psiquiátricos que envió una carta amenazante, con una navaja supuestamente ensangrentada dentro, a la ministra de Industria, Reyes Maroto. Todo «montajes» de la izquierda, sugirió Vox. Curiosamente, nada se ha sabido de esas amenazas desde las elecciones y hasta la fecha.

La clara victoria de Ayuso le catapultó a querer presidir el PP madrileño y exigir unas prontas primarias regionales, lo que le ha enfrentado con el propio Pablo Casado y la cúpula de la formación, al parecer contrarios a sus pretensiones de liderazgo.

Tras la inhabilitación y dimisión del presidente Quim Torra en 2020 y la disolución del Parlament, Cataluña celebró comicios autonómicos el 14 de febrero. La campaña electoral se vio mediatizada por la excarcelación provisional de los presos del 'procés' y su participación en los mítines, pero este movimiento soberanista no impidió la victoria, en votos y en escaños (33), del socialista Salvador Illa, muy igualado con ERC (también 33) y Junts per Catalunya (32), partidos independentistas que, con la CUP, sumaron mayoría absoluta. En el otro extremo, Vox irrumpió con fuerza (11 parlamentarios) tras el batacazo de Ciudadanos (que perdió 30 escaños) y del PP.

Pese a la victoria socialista, los acuerdos para la gobernabilidad entre ERC y Junts, con el apoyo de los anticapitalistas de la CUP, hicieron presidente en mayo a Pere Aragonès, tras un primer intento de investidura fallido a finales de marzo.

Ese pacto de investidura nació condicionado por las exigencias de la CUP, que entre otras cuestiones obliga a Aragonès a someterse a una moción de confianza en el ecuador de la legislatura. En torno a 2023, justo el plazo que los independentistas le dan a la mesa de diálogo con el Gobierno para que empiece a dar frutos.

Esa mesa entre los Ejecutivos central y catalán se reunió en septiembre en el Palau de la Generalitat en lo que fue el primer encuentro entre los presidentes Sánchez y Aragonès. Con las posturas muy alejadas, ambos mandatarios solo acordaron salvar la mesa y seguir conversando sin plazos sobre Cataluña.